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CURIOSIDADES DE 25 AÑOS DE DEMOCRACIA

10.12.08

Por Eduardo Barcelona

En este cuarto de siglo, sólo dos presidentes cumplieron en tiempo y forma con su mandato, se produjeron 3 de los 5 cambios de monedas que conoció la nación desde 1881, hubo cuatro alzamientos militares y cinco mandatarios distintos en una sola semana.


Los últimos veinticinco años, que coinciden con el período democrático más largo desde la institucionalización del voto secreto y obligatorio en 1912, presentan una variedad de hechos y curiosidades históricas, de las que no hay antecedentes en las casi dos centurias de la Argentina.

En este cuarto de siglo sólo dos Presidentes electos por los argentinos cumplieron en tiempo y forma con el mandato constitucional: Carlos Menem, reelecto, y Néstor Kirchner, sobre un total de diez jefes de Estado que ocuparon el llamado de sillón de Rivadavia.

La democracia argentina que llegó en 1983 con grandes esperanzas de pacificación, justicia e equidad sufrió en 2001/02 la más grande crisis económico-social de que se tenga registro, que dejó una marca superior al 50 por ciento en el índice de pobreza e indigencia y un nivel de desocupación del 25 por ciento durante el primer semestre de 2003.

Durante estos 25 años de actividad económica, los argentinos tuvieron que acostumbrarse a tres cambios de monedas (Peso Argentino, Austral y Peso).

La Argentina tuvo, hasta el momento, cinco monedas desde que en 1881 puso en circulación la Moneda Nacional y del cambio de signo monetario a partir de 1 de enero de 1970, denominado Ley 18.188.

El cambio de nominación en este cuarto de siglo está emparentado con las dos hiperinflaciones acaecidas, la primera de la cuales obligó a Raúl Alfonsín -entre otras causas- a entregar en forma apresurada el mando a Menem el 8 de julio de 1989.

La segunda, ocurrida durante la gestión de Erman González como ministro de Economía, preparó el terreno para que Domingo Cavallo creara la convertibilidad, un peso un dólar, cuya salida desembocó en la más fenomenal crisis económico-financiera de la Argentina.

La convertibilidad monetaria fue un cepo económico que llevó a que el país tuviera 17 cuasi monedas, impresas por las provincias para tratar de lograr el financiamiento perdido por la quiebra del Tesoro Nacional.

La declaración de la cesación de pagos de la deuda externa se inscribe entre las consecuencias de la crisis del modelo económico adoptado a partir de 1989, de privatizaciones indiscriminadas, una política cambiaria por encima de las posibilidades del país y de desindustrialización.

El estallido de la crisis de 2001, un mes antes del abandono de la convertibilidad cambiaria, tuvo su correlato político en la peor represión ocurrida durante la democracia.

Durante los días previos a la renuncia del presidente Fernando de la Rúa hubo una represión en las inmediaciones de la Plaza de Mayo y en otras capitales, como Rosario, que dejaron un saldo luctuoso de más de 30 muertos.

La renuncia de De la Rúa ocurrió el 21 de diciembre de 2001, lo sucedió por un día en el cargo el presidente provisional del Senado, Ramón Puerta. Al senador misionero lo siguió Adolfo Rodríguez Saá, quien declaró el default.

El último día de 2001 tuvo como presidente por 24 horas al presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Camaño.

El primero de enero de 2002, la Asamblea Legislativa eligió al senador Eduardo Duhalde para terminar el mandato interrumpido de De la Rúa. Desde entonces, el período se lo conoce como “la semana de los cinco presidentes”, que se inscribe como una de las mayores curiosidades de la República Argentina.

De las crisis sucedidas en estas dos décadas y media, la peor fue la económica, pero hubo otras de tipo político-militar, con eje en los derechos humanos, que hicieron temer por la continuidad del sistema democrático.

El levantamiento militar carapintada de la Semana Santa del ’87 hizo pender de un hilo a la democracia, tanto que radicales, peronistas y demás partidos políticos y pueblo en general acudieron en masa a la Plaza de Mayo a garantizar la continuidad del sistema, que había costado miles de desaparecidos durante la última dictadura.

Hubo cuatro alzamientos militares en estos 25 años, el más sangriento fue el último, el del 3 de diciembre del ’90, cuando murieron, por lo menos, 14 personas (varios civiles) y más de 300 heridos.

Todo el movimiento carapintada fue encabezado por dos militares que habían estado en la Guerra de Malvinas (ex teniente coronel Aldo Rico y ex coronel Mohamed Alí Seineldín), pero que se oponían al juzgamiento de los oficiales por la actuación en la represión ilegal en la dictadura.

El presidente Alfonsín aprobó el juzgamiento de las tres primeras juntas militares de la dictadura, pero el juicio se inició recién el 22 de abril de 1985, que terminó con la condena de la mayoría de los ex jerarcas del “proceso de reorganización”.

Hacia finales de 1986, el Congreso dictó la Ley de Punto final con el ánimo de calmar a los militares y preservar la estabilidad democrática.

En junio de 1987, el Parlamento argentino votó la Ley de Obediencia Debida tras la asonada carapintada de Semana Santa, que presionó en favor de una ley que contemplara niveles de responsabilidad en la política de los cuadros militares sobre la política de represión y desaparición de personas.