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"La soja se puede mantener un año o más sin venderse" , Luis Miguel Etchevehere, Presidente de la Sociedad Rural

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El Grupo Ahhh...

14.3.10


La imposibilidad del Grupo Ahhh... para rechazar el pliego de Marcó del Pont frustró una escalada que la próxima semana debía incluir una declaración conjunta de la Sociedad Rural, la AEA y otras entidades menores, alguna bajo la orientación del Episcopado Católico. Sacar a CFK a patadas parece una meta cada día más distante. El paso en falso de la Corte Suprema y la parálisis de los juicios por derechos humanos en Mendoza.
 Por Horacio Verbitsky
Mientras la Asociación Empresaria (AEA) prepara el documento crítico que firmará junto con la Sociedad Rural y otras agrupaciones empresariales de menor importancia, como la Unión Industrial, sus voceros principales estallaron de furia contra el Grupo Ahhhh..., que fracasó en el intento de destituir en el Senado a la presidente del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont. Además de la UIA, donde cada vez más cámaras y dirigentes recelan de ser llevados a la rastra por Hugo Biolcati y los CEO del Grupo Clarín, Héctor Magneto y de la transnacional italiana Techint, Paolo Rocca, forma parte destacada de la movida el representante del Episcopado Católico entre los hombres de negocios, Adolfo Ablático, presidente de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE), el mismo cargo que antes del golpe de 1976 ocupaba José Alfredo Martínez de Hoz. Por la AEA firma su manager profesional Jaime Campos, pero nadie piensa que tenga ni siquiera la capacidad de decisión de Héctor Méndez en la UIA. Ambos son operadores de decisiones que se adoptan en otro nivel y en el caso de AEA esto es explícito.

Improperios

Hacía mucho tiempo que la denominada oposición no recolectaba tantos improperios como los que le propinaron esta semana La Nación y Clarín, por su “patética inconsistencia”, su “fenomenal crisis de liderazgo”, su “conmovedora falta de estrategia” y los “parloteos” con que la reemplaza. En la sesión del jueves el gobierno estuvo al filo de los 37 votos del quórum para sesionar y confirmar a Marcó del Pont. Además de sus senadores propios y aliados estaba sentada en su banca la chubuteña Graciela Di Perna, a quien sus colegas pampeanos hicieron salir del recinto justo a tiempo. Dos senadoras que el Grupo Ahhh... contaba como propias, la frentista del Comahue María José Bongiorno, y la reutemista no correspondida Roxana Latorre anunciaron que no se sumarían al linchamiento de la primera mujer en llegar a la conducción de la autoridad monetaria, lo cual hace previsible su confirmación la próxima semana.

La calidad institucional

La voz de orden fue fijada en la declaración que emitió el miércoles la institución a la que responde Ablático. Los popes del culto romano oraron por la “calidad institucional” y el respeto de la autonomía de los poderes del Estado en vez de la confrontación, sin olvidar la ritual mención a los pobres. Como si no hubiera contradicción entre ambas cosas, Ablático advirtió contra los aumentos salariales y su presunto efecto inflacionario. Ex directivo del Grupo Bulgheroni y director asociado de la consultora Strat Consulting, Ablático tuvo participación activa contra el gobierno durante el conflicto con las cámaras patronales agropecuarias. Asistió a sus actos, dijo que lo hacía “en defensa de la paz” y promovió una “autocrítica empresarial” por no haber acompañado lo suficiente a la Mesa de Enlace. Esta es la línea oficial del Episcopado, cuya comisión de Justicia y Paz está a cargo del poderoso empresario de la soja transgénica Eduardo Serantes, quien ha actuado como facilitador entre la Mesa de Enlace y el gobierno nacional. Durante la reunión de ACDE a mediados de 2008, se difundió una encuesta en la que ocho de cada diez asistentes encomiaron el desempeño de las patronales agropecuarias y el 96 por ciento consideró regular o mala a la dirigencia política. Ablático dijo entonces que los hombres de negocios convalidaron decisiones del gobierno “que van en contra de la construcción de una nación sustentable, en contra de la creación de un ambiente de negocios. La verdad está velada en la Argentina” e instó a “disentir” con el gobierno.

Cordura o hinchazón

Otro dirigente que responde a la misma guía espiritual, el ex presidente de la Corporación de Abogados Católicos Alberto Solanet, fijó 2010 como el año de la amnistía para los militares procesados por crímenes de lesa humanidad, a quienes considera presos políticos. Poco antes el ex senador Eduardo Duhalde habló de construir un gobierno para los que quieren a Jorge Rafael Videla y evocó el rol del Episcopado en el denominado Diálogo Argentino, que fue la plataforma con la que llegó y se sostuvo en la presidencia, por el atajo de la Asamblea Legislativa. Ablático mencionó el comunicado de la Corte Suprema del martes 9 para reclamar que “cese la caída de valor institucional a la que asistimos”. La Corte, con la única excepción del prudente Enrique Petracchi hizo una insólita incursión política, le solicitó mesura y equilibrio al gobierno nacional, al que acusó de no respetar la independencia judicial y reclamó un diálogo institucional para afianzar la paz social, cuestiones que nadie había puesto a su consideración en expediente judicial alguno. Esa inmoderada exhortación no respondió a ningún acto de gobierno, sino apenas a las opiniones poco felices de la presidente sobre algunos jueces, no menos hirientes que las del decano judicial Carlos Fayt sobre las “tonterías” presidenciales. Esta llamativa pérdida de equilibrio de la Corte se suma así a la turbamulta variopinta que acompaña cada paso del gobierno. La reflexión del diputado Alejandro Rossi sobre la composición del Poder Judicial suena algo anacrónica, sin registrar los cambios producidos en la magistratura desde que Roberto Bergalli la describió en una obra ya clásica. Pero el parangón de esa lectura ingenua con la Alemania nazi que hizo el presidente de la Asociación de Magistrados Ricardo Recondo es de una desmesura y una agresividad tan ostensibles que cuesta entender el espacio que la Corte Suprema le otorgó en la página del Centro de Información Judicial, sin el menor comentario, como si compartiera su contenido. El riesgo de sobreactuar la independencia del gobierno se corporiza en esta página web, demasiado parecida a alguno de los diarios de la oposición y en cuyo foro de lectores ni siquiera hay que identificarse para publicar opiniones denigrantes contra las autoridades.

Aé, Aé, Aé

Los mismos tópicos que el Episcopado, los empresarios católicos y la Corte recorren el borrador que están preparando Biolcati y la conducción de AEA y que según el trascendido de Clarín serían
- Otro llamado a la cordura “frente a la escalada de agresiones que surgieron de la Casa Rosada”.
- Una defensa de las instituciones democráticas, la división de poderes y la independencia de la Justicia y el Parlamento.
- Una advertencia sobre el efecto inflacionario de los aumentos salariales.
Se comprende bien el baldazo de agua fría que tantos entusiastas recibieron no sólo con la posición de las dos senadoras favorable al pliego de Marcó del Pont sino también con la categórica descripción de Latorre sobre el clima golpista que percibe en el Congreso y las intenciones de “correr al gobierno a patadas” para que no termine su mandato. Ni la trivialidad chabacana de Luis Juez ni la estridencia de Elisa Carrió, que no sólo se comunica con la Virgen sino también con el cardenal, alcanzan para disimular la gravedad de ese señalamiento. Esta vez no lo dice Carta Abierta ni la presidente sino la compañera de fórmula de Carlos Reutemann en las últimas elecciones, quien sigue reivindicándose como opositora y promete volver a votar en contra del gobierno en diversos temas. Sólo las enormes apetencias frustradas explican la tremenda decepción subsiguiente. La única fórmula que no desentusiasma al ex piloto es la Fórmula Uno, donde tampoco ve cosas que no le gustaron. Su piel tan fina haría de él un buen candidato para gobernar Suiza. La Argentina reclama un temple distinto, y ésta no es una definición ideológica.

Décadas

En las casi tres décadas transcurridas desde el colapso de la dictadura, quedó establecido que la condición de existencia de la democracia en la Argentina era que los partidos políticos de origen popular dieran la espalda a su historia y a su base electoral y actuaran como facilitadores de las políticas de ajuste del Consenso de Washington. Recién Kirchner desafió esa lógica perversa, rumbo que profundizó a partir de 2008 su esposa. Aun así logró lo que sólo Carlos Menem había conseguido antes: terminar su mandato constitucional. Incluso lo excedieron, porque cada uno completó el período trunco de su precedesor. En cambio Raúl Alfonsín, Fernando de la Rúa y Eduardo Duhalde (quien ocupó la presidencia en forma interina, como senador designado por el Congreso a cargo del Poder Ejecutivo) debieron retirarse antes de tiempo, en medio de graves crisis de ingobernabilidad, que incluyeron represión violenta y muertos jóvenes.
Esas fuerzas que ya demostraron su incapacidad para gobernar sin graves consecuencias políticas, económicas y/o sociales, son las que hoy desde el Grupo Ahhh... avanzan en el experimento de acercarse al abismo sin necesidad de alcanzar primero el gobierno. Después de la asunción de los diputados y senadores electos el 28 de junio pasado, ese conglomerado de peronistas y radicales, con parches socialistas, de la derecha gerencial y de la izquierda juventona, sólo ha sido capaz de unirse para la piñata de los cargos. Su argumento, de poner límites a la prepotencia y los abusos institucionales del gobierno, no sobrevivió a una agenda menos autorreferencial que el reparto. La polarización asimétrica entre formas y contenido saltó por los aires. No sólo rehuyeron el debate que proponía el gobierno acerca del uso de las reservas acumuladas por el Banco Central, también se saltearon todas las normas de procedimiento de las que decían hacer un culto. Con pocos días de diferencia el Grupo Ahhh... denunció que el gobierno quería cerrar el Congreso y lo dejó sin quórum para sesionar; dictaminó contra Marcó del Pont sin darle derecho a defensa y cuando no tuvo más remedio que escucharla lo hizo como mera formalidad para cuidar las apariencias pero ni la interrogó ni refutó sus afirmaciones. Esto no significa que el Poder Ejecutivo deba prescindir de las formas y arremeter cada vez con el único sustento de su voluntad, por encomiable que ella sea. Pero pone en claro que los déficit institucionales no son patrimonio de un sector, sino el atajo que tienta a todos en cuanto se sienten en condiciones de emprenderlo. La diferencia principal sería la capacidad de cálculo de unos y otros y los efectos sociales de las políticas que cada uno represente.

Por decreto

Fueron decretos y no leyes los que crearon el Austral como signo monetario, canjearon los depósitos bancarios por Bonex, precarizaron el empleo, desprotegieron a los trabajadores contra accidentes laborales, introdujeron a la Argentina en el Plan Brady y contrajeron el megacanje, cuyo efecto fue un incremento de la deuda externa en la misma medida en que la negociación conducida por Kirchner y Roberto Lavagna la redujo. También por decreto se estableció el corralito, pese a que una ley había dispuesto la intangibilidad de los depósitos bancarios, se dispuso la moratoria de la deuda pública y la pesificación asimétrica, que junto con la devaluación consumó la mayor transferencia de ingresos en menor tiempo de la historia argentina. Sus firmantes fueron Alfonsín, Menem, De la Rúa, Rodríguez Saá y Duhalde.
Según la definición histórica del líder mafiosopolítico italiano Giulio Andreotti, el poder desgasta a quien no lo tiene, por lo cual resulta lógico el vendaval de recriminaciones que agita al Grupo Ahhh... Las últimas deserciones, de Menem en adelante, se produjeron en el campo del peronismo disidente, lo cual no fortaleció su conducción legislativa por parte de Adolfo Rodríguez Saá. Pero tampoco resultó ileso el jefe del bloque radical en el Senado, Gerardo Morales, quien vendió la piel del oso antes de cazarlo. Morales fue el secretario de previsión durante el gobierno que redujo en 13 por ciento las jubilaciones, en forma aún más drástica de lo que intenta ahora el gobierno griego, con un costo social que la Argentina conoce bien y no extraña.

Bancos y Grupo Fénix

Un dirigente radical que luego del festival de bonos de los ’80 dejó la política, Mario Vicens, preside la Asociación de Bancos ABA, que hizo todo lo posible para impedir que el Banco Central cayera en manos tan poco fiables para sus intereses como las de Marcó del Pont. Por el contrario, los respetados economistas del Grupo Fénix alabaron su competencia profesional y su trayectoria, “garantía de buen sentido, patriotismo y compromiso con el desarrollo con equidad”, en contraste con quienes “subordinaron la gestión monetaria a la especulación financiera, endeudaron al país hasta el límite de la insolvencia y desmantelaron el poder administrador del sector público, del que el Banco Central es un instrumento fundamental”. Desde la periferia del radicalismo y sin otro mérito que el escándalo mediático, Carrió logró la hazaña de conducir a un sector del peronismo, por medio de Felipe Solá, un nuevo galán para la colección de la mujer araña. Más allá de estas anécdotas, tan entretenidas como irrelevantes, la paridad resultante de los últimos comicios y de los deslizamientos entre bloques, hace previsible la reiteración de resultados imprevistos. El republicanismo berreta no legitima la reticencia oficial a construir política por medio de negociaciones, sin sacrificar lo esencial de su política, que en buena medida ha preservado al país de la hecatombe global. El proyecto de ley del senador Carlos Verna puede ser una señal en ese sentido. La reforma a la coparticipación del impuesto al cheque que plantea el Grupo Ahhh... es el próximo desafío. Es tan cierto que los porcentajes de coparticipación provinciales no han cesado de reducirse en el último medio siglo, como que las transferencias de recursos de la Nación para obras que presupuestan y ejecutan los gobiernos provinciales ha llegado en estos años a niveles sin precedentes. Encontrar un punto intermedio que evite un nuevo golpe a la gobernabilidad es una meta muy difícil pero que vale la pena intentar. Esta semana más que nunca fue nítido el contraste entre el proyecto que cada día con mayor coherencia impulsa el gobierno y la imposibilidad del Grupo Ahhh... para mostrar el suyo, porque está fragmentada entre quienes no lo saben y aquellos que no están dispuestos a explicitarlo, porque esas son cosas que se hacen pero de las que no se habla. Si la convocatoria al Congreso en defensa del pliego de Marcó del Pont no fue nutrida, el acto del jueves en Ferro sorprendió a propios y ajenos y constituyó un mensaje implícito sobre el rol que Kirchner le asigna al Partido Justicialista que de nuevo preside, sin la exclusividad que sus dirigentes preferirían. Su masividad es indiscutible y sus limitaciones también. La congregación del viernes en Plaza de Mayo, menor pero espontánea, terminó de confundir a los especialistas en decretar muertes políticas prematuras. Algunos empiezan a preguntarse en qué se equivocaron.