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"La soja se puede mantener un año o más sin venderse" , Luis Miguel Etchevehere, Presidente de la Sociedad Rural

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Don Bosco: "Padre y maestro de la juventud".

31.1.11




Biografía:
Sacerdote católico, educador y escritor italiano, de gran carisma y espíritu alegre que desarrolló un visionario sistema educativo al que llamó "Sistema Preventivo Salesiano". 
Hijo de una familia de campesinos, Juan Bosco tuvo una niñez muy dura, su padre falleció cuando estaba a punto de cumplir dos años de edad. Su crianza y educación quedó en manos de su madre, Margarita Occhiena, una mujer de férreo carácter que llevó adelante a la familia, en medio de la pobreza, actitud que influiría enormemente en Don Bosco. 
En 1825, Juan Bosco vivió una experiencia que marcó su vida y se la conoció como "el sueño de los nueve años", y que se trató de una serie de dueños premonitorios que tuvo. El deseo de educarse, salir del estado de pobreza en que estaba la familia y la lucha por sus sueños son características que acompañarían a Don Bosco durante toda su vida. 
En 1828 se traslada a Moncucco para estudiar y en 1831 comienza sus estudios secundarios en Chieri (Turín). Para pagarse sus estudios, Don Bosco trabaja en diferentes empleos y paralelamente funda el movimiento juvenil "La Sociedad de la Alegría", convirtiéndose en maestro de teatro y música. En 1834 ingresa a la Orden Franciscana. 
Una vez ordenado sacerdote, en 1841, Don Bosco empleó todas sus energías en la educación de los jóvenes, para lo cual fue Fundador de la Congregación de los Salesianos, comunidad religiosa con rama masculina y femenina, dedicados a la educación de los jóvenes, en especial los pobres.
Don Bosco fundó además el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora junto a Santa María Dominga Mazzarello, la Asociación de Salesianos Cooperadores, el Boletín Salesiano y el Oratorio Salesiano. 
En todos sus emprendimiento puso énfasis en valores como la caridad, el trabajo, la paciencia y la felicidad del corazón. Don Bosco fue canonizado Patrono de los que difunden buenas lecturas y "Padre y maestro de la juventud".

Obras destacadas

  • La fuerza de la buena educación (1855)
  • El joven preparado para la práctica de sus deberes (1874)
  • El sistema preventivo (1877)
  • Vida de San Martín, obispo de Tours (1855)
  • Fundamentos de la religión católica (1872)
  • Vida de la Beata María de los Ángeles, carmelita descalza de Turín (1866)

Enlaces

Colegio San José Obrero - Caleta Olivia - Santa Cruz 

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Se Vos

29.1.11


Vamos che
porque dejar
q tus sueños se desperdicien.
Si no sos vos triste será,
si no sos vos sera muy triste...
Coro
Porque falsear si ser uno es ganar
por que engañase y mentirse.
Se vos no mas que al mundo salvarás
aunque mucho lo hagan dificil.
Sigasmolo como hasta acá
prometiendome que lo entendiste.
Digamos fue si algo anda mal,
cumple sus sueños quien resiste.
Coro
Yo se diras,
muy duro es aguantar
mas quien aguanta es el que existe.
Si aquel se va no yores ni mires atras
aunque muchos te lo hagan trsite...
Vamos cheeeeeeeee...
Se vos no mas
que al mundo salvarás
porque engañarse y mentirse.
Yo se dirás
muy duro es aguantar
mas quien aguanta es el que existe.
Porque falsear
si ser uno es ganar
aunque muchos te lo hagan trsite...
Si aquel se va,
no llores ni mires atras,
la vida busca instruirte...

Una para alimentar a Clarin, no viene Obama

28.1.11


Timerman minimizó que Obama no venga a la Argentina

El canciller afirmó que "la Argentina tiene coincidencias y diferencias muy grandes con los Estados Unidos", pero aseguró que la relación "es fluida". "El análisis no puede simplemente basarse en 'viene Obama o no viene Obama'", se quejó Timerman, y consideró que Washington "más que amistades, tiene intereses". 

"Con lo de Estados Unidos algunos se hacen un festín, pero quiero recordar que hubo un presidente radical que fue recibido en la Casa Blanca, le daban préstamos, todo lo que quería, era Fernando de la Rúa y era muy bien recibido. Estados Unidos tiene intereses. Más que amistades, tiene intereses Estados Unidos. Se están quedando en el chiquitaje de la telenovela y no en la película", dijo Timerman.

El martes pasado, la Casa Blanca informó que el presidente Obama viajará en marzo a Brasil, Chile y El Salvador "para forjar nuevas alianzas para el progreso en América", gira de la que el país quedó al margen.
"La relación es fluida, estamos hablando de una potencia mundial hegemónica. La Argentina tiene coincidencias y diferencias muy grandes con los Estados Unidos. El análisis de la relación no puede simplemente basarse en 'viene Obama o no viene Obama', 'nos recibe Bush o no nos recibe Bush'", planteó el Canciller a radio La Red.

Timerman remarcó que "la relación es excelente en terrorismo, seguridad nuclear, y G-20, y en otros tenemos diferencias". "Lo importante es analizar la relación y no los temas mundanos, circunstanciales", pidió.
En su cuenta en la red social Twitter, el ministro de Relaciones Exteriores reiteró que "si bien en muchos temas la relación con Estados Unidos es muy dinámica, como en seguridad nuclear, G-20, terrorismo y ciencia, hay otros que marcan límites que no queremos, ni debemos, cruzar".

"Así es que en las recientes reuniones con funcionarios de Estados Unidos tanto en Buenos Aires como en Washington quedó claro que Argentina no va a comprar armas ni generar una carrera armamentista en la región. Tampoco firmaremos pactos de seguridad con potencias extra-regionales", añadió.
El jefe de la diplomacia nacional sostuvo al respecto que "los tratados bilaterales de libre-comercio son negativos para nuestras economías y rechazamos la manipulación política de trabas comerciales escudadas en barreras fito-sanitarias que llevan años sin solución".

Al respecto, expresó su "preocupación" por lo que describió como "castigos comerciales", entre ellos los vinculados "al famoso caso del limón tucumano o los típicos dulces de Entre Ríos, que son miles y miles de puestos de trabajo y hay una puja con los lobbies muy fuertes que hay en los Estados Unidos e imponen una política que es todo lo contrario al libre comercio".

Nunca menos...Ni un paso atrás

27.1.11

Lágrimás que riegan todo el suelo en primavera
de tu mañana azul
que llora y rie
nombre que se talla para siempre en la madera
de los que sin estar
están y viven.
Voces que te nombran y se aferran al color
de esa insolencia alegre
que inventaste
ríos muchedumbres de un subsuelo que volvió
para quedarse acá
para quedarse ¿Será verdad
que te fuiste con la historia
o será que aún no despertamos
y que con una antorcha nueva
en cada mano
vas a volver
cubriéndonos de gloria?
Nada más al sur de esa indómita armadura
hecha de ayeres
blindada de ausencias
mágica de amores y de sueños que perduran
sin arrumbarse
en ninguna puerta
Todas esas risas que viniste a restaurar
desde un recóndito
rincón dormido
hoy cubren las paredes que no pueden derrumbar
los que sin luz ni sol
están perdidos
¿Será verdad
que te fuiste con la historia
o será que aún no despertamos
y que con una antorcha nueva
en cada mano
vas a volver cubriéndonos de gloria?
Y esos mil jirones que dejaste en el camino
serán retazos si
de una bandera
marcas imborrables en el cuerpo
que elegimos
llevar hasta el final
y nunca menos.

CORO MURGUERO
Nunca menos
que ese fuego en la mirada
que las voces acalladas
retomando la canción
Nunca menos
que tu nombre en las banderas
que tu plaza siempre llena
de esperanza y de pasión
Nunca menos
que pañuelos en tu casa
Nunca menos
que justicia sin perdón
Nunca menos
que el paisaje repetido
de este sur tan aguerrido
y diciendo al fin que no
Nunca menos
que esas risas desdentadas
aguantando la parada
que supieron conquistar
Nunca menos
que un enjambre de morochos
arruinandoles la foto
a los que no vuelven más
Nunca menos
que los pibes en el centro
Nunca menos
que vivir con dignidad
Nunca menos
que la Patria que soñamos
Nunca menos
                                                                                                                                            Ni un paso atrás

En el campo...

26.1.11


 Por Pablo Lavarello * y Evelin Goldstein **

Las retenciones constituyen un instrumento que apunta a generar un tipo de cambio diferencial que favorezca las actividades industriales, objetivo ineludible de todo país que pretende encaminarse en un proceso de desarrollo con empleo. Las alícuotas fijas necesitaban ser readecuadas para hacer frente a las consecuencias no deseables de un aumento de los precios internacionales de productos agroalimentarios.

Las retenciones móviles y el extenso conflicto que generaron habría sido innecesario si la Argentina hubiese mantenido y profundizado otros mecanismos institucionales que supo crear a lo largo de su historia.
El conjunto de instrumentos alternativos para enfrentar el problema de la variabilidad de precios internacionales –entre otros, las juntas nacionales de Granos y Carnes creadas por los gobiernos conservadores durante los años ’30– fue desmantelado en los años ’90, dejando a los mercados domésticos de alimentos a merced de la evolución de los mercados internacionales.

A medida que el Estado se retiraba, avanzaban los sectores concentrados en el control de la comercialización, de la logística, del conjunto de actividades de soporte del sector, dejando al pequeño productor en una situación fuertemente subordinada. En consecuencia, que las retenciones se hayan aplicado no fue el resultado de un capricho, sino de un conjunto de decisiones políticas y privadas tomadas en el pasado que no dejaron más alternativa que impulsarlas y profundizarlas.

Regulación

 

Se han reforzado las prácticas de abuso de poder dominante de los eslabones más concentrados de las cadenas alimentarias, particularmente las grandes comercializadoras de granos trasnacionales o locales trasnacionalizadas. Estas buscan mantener su margen de ganancia sobre los productores más pequeños con limitadas capacidades financieras y de almacenamiento. Situación que es particularmente grave para el trigo, en el cual los problemas de logística y almacenamiento son mayores que en la soja.
Frente a este nuevo escenario, se vuelve imprescindible regular el comercio exterior a partir de mecanismos modernos de intervención, recuperando aprendizajes previos y reconociendo sus errores y virtudes. Nuestro país es el único entre los cinco principales exportadores mundiales de cereales (los otros cuatro son Estados Unidos, la Unión Europea, Canadá y Australia) que no cuenta con mecanismos de regulación del comercio de materias primas. Todos los países exportadores cuentan con formas directas o indirectas de intervención para asegurar la competitividad y la seguridad alimentaria de la población. Las formas indirectas, adoptadas en Estados Unidos y en Europa, combinan transacciones realizadas por el sector privado con significativos subsidios e intervenciones en los precios, como ocurre en la Unión Europea y los Estados Unidos con las “órdenes de comercialización”.
En Canadá y Australia, por su parte, los Marketing Boards (una suerte de agencias nacionales de comercialización de granos y otros productos agropecuarios que en el primer caso son estatales y en el segundo son privadas pero bajo control de los productores) centralizan el acopio y la exportación, permitiendo a los productores eliminar la discriminación de precios en períodos de cosecha por parte de las grandes trasnacionales del comercio de granos. En Nueva Zelanda existe un esquema similar para la leche, bajo gestión privada de una megacooperativa que hoy avanza en un proceso de internacionalización a la par de las grandes multinacionales lácteas. Estas instituciones permitieron resolver el conflicto entre consumo interno y exportación a partir de una reinversión de la renta agraria en la diversificación de actividades y “descommoditización”.

Canadá

Veamos con más detalle el caso de la regulación del comercio de trigo en Canadá y Australia. En Canadá la exportación y la comercialización interna se encuentran coordinadas por el Canadian Wheat Board. Es una empresa mixta, en cuyo directorio la participación del sector público es minoritaria, buscando eludir las presiones crecientes a la OMC. Anteriormente su consejo de administración estaba compuesto por 5 representantes del gobierno y 10 de los agricultores. Actualmente, los representantes gubernamentales se redujeron a 3.
Los tres pilares del CWB son:
1. El monopolio de las exportaciones (single-desk selling), que les otorga a los productores mayor poder de negociación en los mercados internacionales.
2. Pooling no obligatorio; los productores pueden optar por un esquema de pooling en el que los ingresos por ventas son depositados en una misma cuenta, de forma tal que todos los productores reciban el mismo precio para cada clase y grado específico, independientemente del momento de venta. Este mecanismo, además de reducir el riesgo asociado a la variabilidad de los precios, permitía importantes economías de escala en la comercialización. Este mecanismo fue flexibilizado desde el año 2000, y los productores pueden optar por precios diferentes, dentro o fuera del pooling, perdiendo en el primer caso los beneficios del primer mecanismo.
3. Precio de garantía, según el cual cada productor recibe un pago parcial o inicial del 75 por ciento garantizado y luego se le otorgan pagos compensatorios según los precios efectivamente obtenidos por el CWB. El precio de garantía incluye diferenciales por clase, por grados y por proteína.
Cabe destacar que el CWB se complementa con el CIGI (Canadian Internacional Grain Institute) encargado de la promoción a la innovación y el aprendizaje tecnológico, siendo una pieza clave en una estrategia agresiva de exportación de trigo que ofrece variados requisitos de calidad a partir de la vinculación con las necesidades de los usuarios. Por ejemplo, este organismo invita a compradores institucionales extranjeros a eventos en los cuales se promocionan los productos, incluyendo laboratorios panaderos para mostrar su calidad en los productos finales.

Australia

Australia organiza su sistema de comercialización y de calidad de trigo a partir del Australian Wheat Board limited, que a diferencia del CWB ha sido reestructurado y hoy funciona como una sociedad anónima. Cerca del 90 por ciento del grano manejado por el AWB es trigo y este cereal contribuye significativamente a la economía australiana. Representa el 3 por ciento del valor total de las exportaciones y alrededor del 12 por ciento del total de las ventas agropecuarias al exterior. El trigo para el consumo interno puede ser adquirido directamente a los productores o a empresas de comercialización, o bien al AWB, constituyendo un dual-marketing system. Si bien el comercio de trigo para el consumo interno se ha desregulado, el AWB sigue monopolizando el comercio exterior que representa el 70-80 por ciento del total de trigo producido. Además, el AWB también interviene en el manejo y comercialización de otros granos, incluyendo cebada, sorgo, semillas oleaginosas y legumbres.
La comercialización se organiza en un pooling no obligatorio según el cual todas las ventas del AWB son depositadas en la misma cuenta, de modo tal que todos los productores reciban el mismo precio independientemente del momento de venta, asegurando una estabilidad de precios y ganancias para los productores derivadas del poder de negociación de altos volúmenes en la comercialización externa. Sin embargo, las ganancias por variaciones en los precios y por mayores escalas de venta no se retribuyen a través de “compensaciones”, sino mediante dividendos a los productores en tanto accionistas, en función de la propiedad de acciones en la AWB. Asimismo el AWB provee a los productores de recursos financieros asegurados a través de la entrega del trigo que el productor concreta en el pool.

Argentina

La Argentina contó alguna vez con mecanismos regulatorios similares que, sin embargo, frente a la presión de las grandes empresas comercializadoras de granos, funcionaron esporádicamente, en forma incompleta y finalmente fueron desmantelados mediante el decreto de desregulación económica de noviembre de 1991. La Junta Reguladora de Granos (luego denominada Junta Nacional de Granos) fue establecida durante los años ’30 en forma contemporánea a los Boards de Canadá y Australia en el contexto de la fuerte caída de los precios internaciones. La Junta tenía funciones similares a las de estos países: intervenir en el mercado de granos para sostener el precio interno al productor, abastecer a la industria y el consumo local a precios accesibles, organizar acuerdos de comercio entre Estados, registrar las exportaciones, establecer estándares de calidad y clases de trigo, certificar estándares, asesorar a los semilleros, administrar la red de silos estatales. Las Juntas rara vez cumplieron las funciones reguladoras de precios que protegieran al pequeño agricultor, dado el fuerte poder de veto que establecieron las entidades de los sectores más concentrados del campo y fundamentalmente las empresas del comercio de granos. La intervención en los precios sólo fue efectiva en un breve período: durante los años ’30, cuando fueron creadas por los conservadores; en los ’40, al ser reforzadas durante el gobierno de Perón, y en el breve lapso del gobierno de Cámpora. El resto de las funciones fueron sin embargo cruciales para la organización del sector y generaron importantes capacidades del Estado. Capacidades que fueron perdidas en la década pasada, trasladándose sus funciones a un mercado dominado por un reducido número de grandes empresas extranjeras y grupos locales del comercio de granos.

Propuestas

Recrear mecanismos de regulación del mercado de granos es una tarea de aprendizaje institucional en la cual las entidades del campo debieran formar parte junto al gobierno, y defenderlos como propios. Es interesante tener en cuenta el involucramiento de los productores australianos, neocelandeses y canadienses, frente a la oleada de liberalización de los años ’90, que buscó desmontar estos mecanismos. Estos no cedieron ante la ofensiva de las grandes trasnacionales de granos, en donde verdaderamente se encuentra el “poder”. La centralización de las compras de materias primas no fue entregada a esas empresas, sino que optaron en algunos casos por el reemplazo de los boards por mega cooperativas de exportación (como Fonterra, la cooperativa de productores lácteos neocelandeses, o el board privado en el caso del trigo de Australia). De esta manera, lograron mantener un instrumento que les permite garantizar la oferta de alimentos a la población y fortalecer la competitividad del sector.
En este sentido, las retenciones fueron un paso necesario hacia la configuración de un nuevo régimen que concilie los objetivos de exportar con los de alimentar a la población, sin lesionar las ganancias normales de la actividad. Sin embargo, se evidencia una ausencia de propuestas y acompañamiento de una representación de los productores que, presa de una lectura errónea de las relaciones de poder al interior de las cadenas, terminan favoreciendo los intereses de los sectores concentrados. Tarde o temprano, las nuevas necesidades de regulación van a imponerse indefectiblemente. Los pequeños agricultores, y los no tan pequeños, reconocerán su necesidad. El camino no estará exento de conflictos, dado que implicará recuperar la renta hoy apropiada por las grandes exportadoras y productores concentrados con importante poder de fuego mediático, que son los que verdaderamente se benefician con la intransigencia de las entidades patronales del campo.
En fin, para que estas medidas puedan ser implementadas, es necesaria una participación activa de los pequeños y medianos productores, invitándolos a abandonar sus malas compañías del pasado. Sólo de esta forma podrá sumárselos a un modelo de acumulación con inclusión social junto a la mayoría de los trabajadores y los empresarios nacionales.

* Investigador del Ceur-Conicet y del Ciepyc-UNLP.

Canción en homenaje a Néstor Kirchner " Nunca Menos"

25.1.11

La canción homenaje al ex presidente, "Nunca Menos" de Horacio Bouchoux, consiguió en poco tiempo la adhesión de artistas como Guillermo Fernández a quien los organizadores fueron a grabar a Mar del Plata, según contó a Télam Víctor Testani durante un alto del registro en el Centro Cultural Homero Manzi, un bastión murguero.

"Estamos muy contentos, podemos decir que el video se está haciendo solo porque todo el mundo se fue sumando y por eso decimos que tenemos unas 120 voces", agregó Hoy pasaron por el lugar, el senador Calcagno, el Negro Fontova y el militante de la Martín Fierro, Quito Aragón que se suman a las voces de integrantes de las agrupaciones kirchneristas Descamisados, Negros de Mierda y la murga "La Gloriosa de Boedo".

También participaban la sobreviviente de la noche de los Lápices Emilce Moler de Mar del Plata, los artistas Luis "Titite" Longhi que toca el bandoneón, Alejandro Sanz y el cubano Rafael de La Torre.

El autor y compositor de la canción para Kirchner dijo que "queremos que salga el día que se cumplan 3 meses de su partida, principalmente en las redes sociales K y que por internet se difunda. Si algunos medios lo levantan mucho mejor".

Añadió que los derechos de autor y reproducción de la canción serán donados "íntegramente" a espacios culturales y juveniles del kirchnerismo, porque no hay ánimo de lucro entre los organizadores.

Con una producción "a pulmón" ya fueron grabados, además de artistas y políticos "más de 80 militantes cantando el coro final murguero en La Plata, Mar del Plata y Buenos Aires".


“Hay esperanza de gozar un acceso franco a la cultura”

24.1.11

LOS DIGITALIZADORES DE LIBROS EN LA RED EXPLICAN SUS RAZONES


El diálogo establecido con varios personajes dedicados a la digitalización de textos aquí y en el mundo revela que, más que una búsqueda de hacer dinero con productos piratas, hay una intención de mantener la circulación de conocimientos.
 Por Facundo García

Para empezar, una hipótesis de trabajo: en un reino de- sigual –tal vez pequeño, tal vez colorido– hay gente que no puede acceder a los libros. Los aldeanos siembran, rezan, se enamoran. Leer, en cambio, es para ellos una rareza. Y lo peor es que esos volúmenes vedados no sólo sirven para entretenerse, sino para vivir mejor. El monarca de aquel feudo, sin embargo, persigue a quienes intentan acabar con la escasez. ¿Cómo modificar esa injusticia? Hay activistas que tienen su propia visión sobre la mejor manera de resolver el problema. Refugiados en las frondosidades de la web, aprovechan para digitalizar y distribuir obras literarias y académicas a granel, sin que les importe demasiado la opinión de las autoridades. Y su perspectiva no es la única, pero sí una de las más interesantes.
- - -
A juzgar por lo que cuentan los entrevistados, lo primero que deberían proponerse estos aldeanos imaginarios es poner en circulación los pocos libros que haya. Es, después de todo, lo que hacen muchas personas de carne y hueso en este lado de la realidad. Como E. G., que se refugia en las iniciales para que nadie sepa su verdadero nombre. La timidez se le va cuando expresa su alegría por los diez años de Librosgratis, un grupo de correo electrónico del que fue fundador y por el que sigue yendo y viniendo material digitalizado. “Nosotros distribuimos, no digitalizamos. Pero la verdad es que no sé cómo la Cámara del Libro y sus amigos nos han dejado vivir tanto”, se sorprende. “Cuando arrancamos, los lugares para dejar archivos y descargarlos eran pocos. Hoy tenés una gama de herramientas para compartir (4shared, Rapidshare, Megaupload, etcétera). Eso hace todo más fácil”, detalla el hombre, que también tiene contactos con el Partido Pirata Argentino.
Distribuir, entonces, ¿pero qué? Si bien hay ejemplos de excelencia, como Bibliofyl –un sitio que reparte los apuntes que se usan en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA–, lo cierto es que lo que sucede fuera de la red tiende a repetirse adentro. Por eso hay quienes imploran por la puesta en disponibilidad de los bestsellers más lamentables. “Se digitaliza más lo que se vende masivamente, como pasa con la música. Hubo usuarios que venían y nos decían ‘¡digitalicen El Código Da Vinci!, ¡tengo el derecho de leer a Dan Brown!’. Hasta que decidimos no aceptar pedidos en la lista; y que si era un libro de ficción, se esperaría un año para que circulara. Con eso logramos que se fueran los que te pedían hoy un libro que había salido ayer”, repasa E. G.
–¿Distribuyen todo tipo de textos?
–Tratamos de evitar la mierda que anda dando vueltas, como El holocausto no existió, Cúrese el cáncer bebiendo té o zonceras por el estilo. Algún criterio editorial hay que tener...
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Ahora conviene retornar al reino imaginario que se puso a germinar al inicio de esta nota. El experimento marcha bien: los aldeanos ya están repartiéndose a escondidas los escasos libros que han podido reunir. El paso siguiente sería hacer copias. Lo que los pone ante decisiones fundamentales: ¿Quién decidirá el criterio con que se harán esas copias? ¿Quién las guardará y ordenará?
Si por ahí anduviera un gigante llamado Google, ya se sabe lo que ocurriría. Porque Google es –casi con seguridad– el mayor digitalizador de letras que pueda concebirse. Tanto, que ha hecho explícita su intención de escanear los más de ciento veintinueve millones de títulos de los que –según sus propias estimaciones– dispone la humanidad. No es una promesa vacía. Desde 2004, Google Books ha llevado al plano digital a más de quince millones de libros ubicados en más de cien países y escritos en más de cuatrocientos lenguajes. Y a pesar de que los curiosos pueden revisar sólo parcialmente las obras que no están en dominio público, la iniciativa ha despertado el terror de los que defienden las leyes de propiedad intelectual vigentes. La frutilla del postre es que la megacompañía abrió una tienda online con la que pretende transformar su esfuerzo en dividendos. No es una proyección inverosímil, si se tiene en cuenta que en los Estados Unidos las ventas de dispositivos electrónicos de lectura –Kindle, Nook, Sony Reader, iPad– se cuadruplicaron en los últimos doce meses.
La incógnita, llegado este punto, tiene que ver con los efectos de que una corporación estadounidense maneje semejante cantidad de información. Si, por el contrario, se le encarga la responsabilidad a una institución, ¿cuál debería ser? A lo mejor varias. O ninguna. Como sea, fuera de los centros de poder hay células que se dedican al escaneo y la corrección de textos digitales desde la mística de lo independiente. Es un camino.
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Es simple. Cuando se escanea un libro se produce un archivo de imagen; la imagen que se “extrajo” de las páginas. Sobre esos datos se aplica un programa que reconoce los caracteres y los traslada a un documento editable en un procesador de textos. Ese paso, que parece menor, es clave: si la obra no está guardada así, los ciegos no pueden utilizar el software que sintetiza voces y les “lee”. A continuación viene la etapa de las correcciones. Hay que cotejar el original con la copia y verificar que no se hayan perdido detalles importantes. Ese nivel de puntillismo, no obstante, se está volviendo cada vez menos frecuente.
Algunos entrevistados afirman que un escaneador ducho puede capturar quinientas páginas en una hora. Un tal Filobiblion –que además de ser fan del monje benedictino Ricart de Bury (1287-1345) ha sabido irse convirtiendo en especialista en este tema– detalla que “la demora está en función de la pericia del escaneador y del corrector involucrados, que no siempre coinciden en un solo individuo, porque en los grupos se divide el trabajo entre los que corrigen y los que escanean”. El informante cree que la tarea completa puede tomar de una semana a un par de meses, dependiendo de la complejidad del texto (notas a pie, ilustraciones, otros idiomas).
Por último, hay que repartir. Labor que adquiere especial valor en Argentina, un país que de acuerdo con datos difundidos por la Secretaría de Cultura de la Nación concentra el 31 por ciento de sus librerías, el 63,2 por ciento de sus editoriales y el 84,2 por ciento de sus ejemplares impresos en la Capital, donde habita sólo el 7,7 por ciento de la población. Filobiblion relaciona las estadísticas con vivencias concretas. “Tiempo atrás me dediqué a conseguir Fondo negro. Los Lugones, Leopoldo, Polo y Piri, de Eduardo Muslip, para una chica de Rosario que investigaba sobre el tema de los desaparecidos a raíz de tener un hermano en esa condición. Se lo escaneé y se lo mandé. La copia no está en la red: sólo la tenemos ella y yo”, ilustra. ¿Más? “Hace poco solicité La inteligencia fracasada: teoría y práctica de la estupidez, de José Antonio Marina; inhallable en Buenos Aires. A la semana un digitalizador anónimo me lo envió a mi correo, diciéndome que ‘lo había conmovido mi pedido’. Ahí tenés muestras de solidaridad entre lectores.”
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Jimena Méndez estudia antropología. Vive en el extranjero pero participa en Bibliotheka.org, donde los argentinos son patota. “Las bibliotecas en todas partes ‘prestan’ obras. Nuestra biblioteca digital hace lo mismo. El hecho de que no ‘devolvés’ ese material es una derivación del tipo de tecnología que se usa, pero la naturaleza del proyecto es la misma. No hay negocio detrás”, resume a través de la distancia.
¿Se identifican estos escaneadores y distribuidores con los primeros imprenteros? La mayoría no. “Si me lo preguntás en el sentido de que estamos haciendo un trabajo pionero del que aún no sabemos sus verdaderas consecuencias, puede ser”, sopesa Jimena. Y ajusta: “La circulación en la red es más compleja que con las imprentas. Es incontrolable e imparable. Vos subiste un libro de Sartre y al mes está en miles de discos rígidos alrededor del planeta”. El dinamismo es tal que sus frutos no están claros. “El gran problema es que, si se logra pensar en la ‘libertad digital’ para los bienes culturales, esa discusión podría permear otras esferas y, sobre todo, cuestionar el mercado y sus reglas. Y no creo que estemos preparados para esa discusión todavía”, provoca la muchacha.
Pulsar esa tecla es interesante. Desde una lectura trasnochada de El Capital, cabría vaticinar que el capitalismo cognitivo será marco para el desarrollo de algo así como una “lucha de clases informacional”. Quedó más que claro durante la campaña por la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Hay quien hace dinero con el retaceo de datos socialmente importantes y hay quien lucha –con diversos intereses– por socializar una determinada cantidad de esos datos. Frente a un contexto así, la repartija gratuita de libros destaca como un acto de profundo carácter político.
Desde Europa, un español célebre en el ambiente –alias Mr. Williams– recapitula su ingreso en estas lides. “Como lector con medios económicos limitados –rememora– comencé a conseguir todo lo que iba apareciendo en la red. Un día pensé en montar una ‘biblioteca’ tomando como modelo las bibliotecas físicas.” Así nació La Biblioteca Oculta de Mr. Williams, que luego mutó a la bitácora Mr. Williams in Blog. “Como ya lo hacía para mí, poco me costaba compartirlo. Pronto me llegó el agradecimiento de muchísimos cibernautas que no disponían de ningún tipo de biblioteca. Ahí comenzó el compromiso”, revela.
–¿Qué lo impulsa a seguir?
–Sigo por los que no pueden comprarse un libro porque les cuesta el equivalente al salario de un día o más. Por aquellos que padecen la censura de estados que prohíben a determinados autores y hacen lo imposible por imprimir esas obras y leerlas en comunidad. Por aquellos que, aun teniendo capacidad de compra, no tienen esa chance al vivir lejos. Y, por supuesto, por aquellos que no tienen ni tendrán una biblioteca física para tomar prestado un libro. Yo –que se supone que vivo en el Primer Mundo– hasta los catorce años no tuve una biblioteca en mi pueblo. Por lo tanto me impulsa la esperanza de que podamos gozar de un acceso más franco a la cultura. Porque nos van a seguir engañando, pero les va a costar el doble.
- - -
Ultimo regreso al laboratorio ficcional, donde el rey está perdiendo los estribos. A esta altura, la nación de criaturitas que no pueden leer vive días tenebrosos. Se ha declarado que los que copien libros o los distribuyan sin permiso deben ser sancionados. Así, se ha expulsado fuera de la legalidad a una enorme masa de hombres y mujeres. “A los que persistan se los tratará como ladrones”, brama el soberano. Y el mundito imaginario se marchita lentamente.
¿Una exageración? Aquí las cosas no son tan distintas. Aunque copiar no es lo mismo que robar, los abogados que defienden a los actuales sistemas de propiedad intelectual insisten en la analogía. Por encima del malentendido, las cuestiones fundamentales quedan fuera del debate. Dejando de lado el innegable derecho de los autores a percibir una remuneración, ¿deberían tener precio los libros digitales? Los consultados insisten en que las quejas de las editoriales no son comparables a las de las discográficas, porque un CD se puede copiar manteniendo la calidad, en tanto que el archivo digitalizado de un libro ofrece una experiencia de lectura muy distinta a la de su edición impresa. “No sé cuánto demanda fabricar una copia de un libro físico. Pero sí sé lo que me cuesta a mí copiar uno digital: un mega, un segundo. La versión electrónica no lleva aparejados gastos de distribución o impresión; y sin embargo nos la venden al mismo precio que si los tuviera. Si un libro nuevo en digital costase 5 euros, estoy seguro de que nadie se tomaría el trabajo ni de escanearlo”, cierra Mr. Williams.

El secreto del sastre

6.1.11

Klaus era un hombre viejo y solitario. Solía pasear sin rumbo por las calles de Helsinki , en la lejana Finlandia. El crudo frío de la ciudad no lo afectaba y con actitud de haber perdido el interes por todo, deambulaba con la cabeza gacha, la barba enmarañada y el largo pelo blanco cayendo desprolijamente sobre los hombros.
Sus tristes paseos habían comenzado un año atrás, después de haber perdido a su esposa y a su hijo durante una epidemia. Desde ese momento se habían evaporado de su existencia las ganas de vivir, de trabajar o de tener fe en algo.
La sastrería de Klaus, que antes había sido próspera, ya no recibía clientes, y tampoco la visitaban los antiguos conocidos. Esa misma gente no saludaba al anciano cuando se lo encontraban en el calle porque su aspecto había cambiado tanto que no lo reconocían.

Un día en que, como siempre, Klaus iba sumido en sus oscuros pensamientos, alguien le gritó que se apartara del camino. Era un obrero que empujaba trabajosamente una carretilla cargada con restos de maderas coloreadas. Klaus se hizo a un lado, el hombre avanzó y fue a descargar la carretilla unos metros más adelante, sobre una verdadera montaña de desechos.
Klaus se detuvo a mirar y una profunda tristeza lo invadió. Habia pedazos de trenes, caballos, muñecos, casitas… Provenían de una cercana fábrica de juguetes, la misma donde muchos años atrás, él había comprado un circo completo de madera con el que su hijo se entretuvo durante muchísimo tiempo. El anciano se volvió bruscamente, apartando los ojos de la montaña de pedacitos de madera pintados, como si de esa forma hubiera querido también apartar de su mente aquellos pensamientos.
Así fue como vio a un chico de aspecto muy pobre, con la nariz pegada a la vidriera de la fabrica. Era un niño muy delgado con un curioso mechón blanco en el flequillo, que miraba como hipnotizado un enorme tren de ocho o diez vagones tirados por una hermosa locomotora negra con detalles rojos y dorados.
La mirada del chico en la que se combinaban la desesperanza y la desilusión, parecía expresar claramente un pensamiento: “Nunca tendré en mis manos un juguete como éste”.
Klaus sintió que se le hacía un nudo en la garganta. Y por primera vez en mucho tiempo no estuvo angustiado por sí mismo.
Sentía pena por ese chico y por todos los niños que jamás jugarían con maravillas como las que se veían en esa vidriera. Casi sin pensar a dónde lo llevaban sus pies, Klaus caminó hasta que se encontró trepando sobre aquella montaña de fragmentos. Con una vitalidad que no había tenido en los últimos tiempos, fue eligiendo pedazos de juguetes y arrojándolos a un costado. Una sensación desconocida de alegría y creatividad le permitían reconocer de un simple vistazo cada trocito de madera: un rectángulo serviría para el techo de una casa, con un cilindro podría fabricar rueditas si las cortaba prolijamente, el hallazgo de una cabeza completa de elefante lo llevaba a encontrar en segundos un buen pedazo de madera para fabricar el resto del cuerpo…
Estaba tan entusiamado que cuando bajó del montículo ya había pasado bastante tiempo.
El chico a quien pensaba decirle que le construiría con sus propias manos un lindo juguete, ya se había ido. Sin embargo, Klaus seguía animado por una sensación reconfortante. No sabia bien por qué, pero la asociaba con su esposa. Ella, Gertrudis, siempre había admirado a Klaus por sus habilidades manuales. La mujer solía decir que era capaz de hacer milagros con las manos porque reparaba todo lo que se rompía en la casa; era tan capaz de fabricar una puerta como de recomponer un jarrón destrozado. Klaus miró al cielo como agradeciéndole a su esposa porque sentía que de alguna manera ella lo había guiado hasta esa valiosa pila de restos de juguetes. A continuación fue hasta el portón de la fáabrica y golpeó.
Abrió un obrero, a quien le pidió una bolsa para llevarse las maderitas que había separado.
El hombre lo miró con desconfianza, y sin decir una sola palabra, se perdió por una puerta lateral; rato después reapareció con dos grandes bolsas y Klaus le agradeció mucho.
Aquella tarde volvió a su casa cargado de maderitas. De inmediato puso manos a la obra. Trabajó todas las noches y los días siguientes, con breves interrupciones sólo para comer y dormir, casi sin noción del paso de las horas. Hasta que una mañana, extenuado pero feliz, se sentó en el suelo, apoyó la espalda contra la pared y contempló su obra: cientos de juguetes de todos los tamaños, perfectamente terminados y pintados con vivos colores. Sonrió por primera vez en mucho tiempo al reconocer los restos de un viejo cepillo en el pelo de un muñeco; y aquel costoso abrigo que nunca se había atrevido a usar, convertido ahora en una larga fila de ositos, monos y camellos.
En los días que siguieron- ya se acercaba Navidad-, Klaus se dedicó a averiguar las direcciones de todos los chicos de la ciudad. Las anotó cuidadosamente en una libreta, agrupándolas por calles y barrios, y cuando llegó la víspera de la Nochebuena ya tenía todo listo para llevar a cabo el plan más ambicioso de su vida. En su taller guardaba siete enormes bolsas repletas de juguetes que pronto tendrían dueños.
Una idea rondaba a Klaus: quien repartiera esos juguetes tendría que ser alguien especial, fantástico, y reconocible a la vez. Es decir, él mismo pero disfrazado de otro. Con una vaga imagen de lo que quería, se puso a confeccionar un traje. Al fin y al cabo Klaus era un sastre, el mejor de la ciudad y la ocasión merecía ropa nueva. Trabajó todo el día y al atardecer había terminado un curioso traje rojo. Cuando se lo probó y se miró al espejo, pensó que además necesitaba un gorro en el mismo estilo. A la hora de cenar ya estaba terminado.
La Nochebuena se presentó fría y tempestuosa. Poco antes de que sonaran las doce campanadas, acomodó las bolsas de juguetes sobre un viejo trineo en el que muchas veces había llevado de paseo a su hijo.
El cargamento era pesado, y tuvo que esforzarse para transportarlo sobre la nieve. Pero se las arregló para ir de calle en calle, dejando un paquete en la puerta de cada casa donde vivía una familia pobre. Cada paquete contenía un juguete para un niño de la casa y una notita que decía: “¡Feliz Navidad!”.
Aquella mañana de Navidad fue la más feliz para los sorprendidos chicos de la ciudad. Nadie sabia qué pensar y pronto comenzó a circular y tomar forma una leyenda:
“La de un anciano vestido de rojo a quien algunos madrugadores habían visto repartiendo paquetes sobre un viejo trineo…” La leyenda circuló de boca en boca y fue creciendo hasta que se rumoreó que ¡el trineo iba tirado por renos y había descendido del cielo!
Esa Navidad fue radiante para Klaus; salió a caminar como antes, pero ahora veía aquí y allá chicos felices disfrutando de sus juguetes nuevos. Una sorpresa lo esperaba a la vuelta de una esquina: el chico del mechón blanco, que jugaba con un hermoso tren de diez vagones.
Por un momento, Klaus se asustó: él habia hecho ese tren recordando el juguete que el chico miraba en la vidriera de la fábrica, pero no había vuelto a verlo a él ni había podido saber su dirección.
La cara de Klaus se iluminó con una amplia sonrisa y miró al cielo, como buscando una explicación para ese pequeño milagro que los había hecho tan felices a ese chico y a él…
Relato popular de Finlandia