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"La soja se puede mantener un año o más sin venderse" , Luis Miguel Etchevehere, Presidente de la Sociedad Rural

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“Argentina no tiene que pagar...”

20.9.13



Mark Weisbrot, director del Centro para la Investigación Económica y Políticas Públicas de Estados Unidos, visitó Buenos Aires invitado por la CNV, el Cemop y el Cefid-AR. 


Weisbrot mantiene una crítica sostenida hacia la política de los organismos financieros internacionales y las estrategias de los países centrales para sortear la crisis económica, al tiempo que apoya a los gobiernos de América latina que han impulsado políticas económicas heterodoxas. 

En diálogo con Cash, el economista estadounidense marcó su enfática posición en contra de los fondos buitre que reclaman el pago total de la deuda argentina, analizó la economía de Venezuela y las causas de los aumentos de precios.

¿Qué implicancias cree que tendrá la ratificación del fallo del juez Thomas Griesa por parte de la Cámara de Nueva York? ¿Se imagina cuál será la decisión que tome la Corte Suprema de Estados Unidos sobre este fallo?
–No sé qué va a decidir la Corte Suprema..., es difícil predecir. Pero creo que no es tan importante como muchos piensan en los medios.

¿Por qué?
–Porque la Argentina puede ir “manejando el tema”: mantener su pago de la deuda a los acreedores que entraron al canje y no pagar a los buitres.

¿Aun cuando la Corte Suprema decida no considerar el caso?
–Creo que sí, porque hay mecanismos por los que pueden continuar pagando a los otros acreedores.

¿Cómo evalúa la decisión del gobierno argentino de enviar al Congreso un proyecto de ley para abrir el canje de deuda por tercera vez?
–Es una buena decisión. Incluso si los tenedores de bonos “holdouts” no aprovecharan esta reapertura para reemplazar sus títulos de deuda, el gobierno argentino ganará más tiempo para tomar las medidas necesarias con el fin de seguir pagando al 92,4 por ciento de los bonistas que aceptaron la reestructuración de la deuda.

¿Qué precedentes podría sentar un fallo desfavorable para la Argentina en relación con otros países endeudados?
–Eso es importante. Por esa razón, el Fondo Monetario Internacional, el gobierno de Francia y la mayoría de los que integran el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos quieren que Argentina gane. Si la Corte Suprema de Estados Unidos llegara a tener un fallo a favor de los fondos buitre sería un problema para el sistema financiero mundial. Se puede volver más difícil reestructurar otras deudas. Ese es el problema principal.

¿Qué alcance tiene el poder de lobby de los fondos buitre sobre la Justicia y los poderes del Estado norteamericanos?
–Hay muchos lobbies, se “compran” diputados, pero hasta ahora, los buitres y sus lobbies no han tenido mucho éxito. Sólo en los márgenes. En el caso de la última solicitud que hizo la Cámara de Diputados pidiendo la intervención del Departamento del Tesoro sólo habían conseguido el apoyo de diez o doce diputados, poniendo millones de dólares.

Venezuela

Afirmó hace poco tiempo que Venezuela está siguiendo el camino correcto en materia económica. ¿Por qué?
–Venezuela ha estado muy bien económicamente desde 2003 hasta comienzos de este año. No deberíamos incluir los cuatro primeros años de Chávez en este análisis, entre 1999 y 2003. No sería justo incluirlos, porque durante ese período el gobierno de Chávez no tuvo el control sobre el petróleo. Por eso es mejor empezar en 2003 o, incluso, en 2004. Desde este año a 2012 tuvo un crecimiento per cápita de 2,5 por año. Eso está bien para cualquier economía en el mundo, y es una performance muy buena, en términos históricos, para Venezuela.

¿Por qué?
–Porque antes de Chávez el PIB per cápita no creció durante veinte años. Asimismo, es un buen nivel en comparación con el resto de América latina u otros países, en términos de desarrollo. Además, se puede ver que hubo sólo dos recesiones. La primera, causada por el paro del sector petrolero que organizó la oposición, en 2002. La segunda, experimentada por la mayoría de los países, fue causada por la recesión global y tuvo lugar entre 2009 y la primera mitad del 2010. A mediados de 2010, la economía (venezolana) comenzó a recuperarse y creció muy bien por más de dos años. Al mismo tiempo, la inflación comenzó a bajar a pesar de que el crecimiento económico fue más y más rápido, alcanzando un 5,7 por ciento en 2012.
¿
Por qué, luego de esa baja, volvió a subir el nivel de la inflación?
–En octubre, después de las elecciones en Venezuela, el gobierno dejó de proveer divisas, eso provocó el problema. Eso produce muchos problemas, sobre todo, porque hubo recortes en la oferta. La escasez en la cadena de ofertas de productos creó muchos retrocesos. Esto también suele generar inflación, al mismo tiempo produce una brecha muy grande entre la tasa de cambio paralela y la tasa oficial. La devaluación fue también un error porque no era necesaria. Eso no fue producto de escasez de dólares. El gobierno de Venezuela tiene muchas reservas, mucho está en oro, aunque no importa porque se puede vender, y además tiene otros activos. Por lo cual no puedo explicar por qué devaluaron ni por qué, de repente, cortaron la oferta de dólares en el mercado.

¿Cree que eso fue un error?
–Sí, claro. Eso fue un error del gobierno.

Inflación

¿Es posible establecer un denominador común en la región como causante de la inflación? La ortodoxia suele ubicar la emisión monetaria como la causa principal.
–¡No! Eso es un mito. Es lo más falso que la gente podría creer. Incluso la izquierda en Venezuela cree que la inflación viene dada por la emisión monetaria del Banco Central, lo cual es ridículo. La inflación que hay desde el otoño del año pasado se debe a la escasez de divisas.

¿Y en otros países de América latina? ¿Cuáles son los motivos de la inflación?
–Es que en otros países no hay mucha inflación, sólo en Argentina y en Venezuela. En Argentina, la causa es mucho más compleja, hay causas múltiples.

¿Por ejemplo?
–La depreciación del tipo de cambio contribuye a la inflación. También hay problemas de competencia, los monopolios también contribuyen a subir la inflación. Pero no es una espiral que se agrande. Creo que el gobierno puede contenerla y detenerla. Hay otras causas también que son externas.

¿Cuáles?
–La inflación del precio de los productos importados y la contribución de la crisis alimentaria. Hay inflación también en otros países. Brasil tiene una inflación del 6,5 por ciento. Para la banca central brasileña ese nivel es demasiado. Los medios están en contra del gobierno y pretenden crear una “inflación de peligro” que pueda modificar los impuestos allá, entonces hacen creer a mucha gente que la inflación es muy grave cuando, en realidad, el nivel actual es normal. Al mismo tiempo, el gobierno argentino no quiere sacrificar la generación de empleo, ni la reducción de la pobreza, ni el crecimiento de la economía con el objetivo de disminuir drástica y rápidamente la inflación. No (quieren) volver a las recetas del pasado, a las que recurrían los gobiernos de América latina cuando tenían inflación, y también los Estados Unidos.

¿Se refiere al aumento de la tasa de interés?
–Claro. Todas nuestras recesiones en Estados Unidos, desde la Segunda Guerra Mundial hasta el 2000, fueron causadas por la Reserva Federal (banca central estadounidense), que aumentaba las tasas de interés intencionalmente para bajar la inflación y causaba recesión. Y esto no es teoría conspirativa, sino un conocimiento que todos los economistas tienen: las recesiones después del año 1946 hasta el 2000 fueron causadas. La última, la de diciembre 2007, fue causada por la explosión de la burbuja inmobiliaria, y la recesión de 2001 fue producto de la explosión de la burbuja de la Bolsa. Es lo que el gobierno (argentino) no quiere hacer, y yo creo que es lo correcto.
¿Por qué?
–Porque se puede ir bajando la inflación gradualmente. Es mejor, especialmente para un país en desarrollo o de ingreso medio, no causar nuevas recesiones sólo para disminuir la inflación.

¿Cómo evalúa la política de ingresos que está implementado el gobierno argentino? ¿Cree que contribuye a una baja de la inflación o se requieren mecanismos alternativos?
–Pienso que esta política de ingresos puede funcionar. Es difícil, pero pienso que puede funcionar. Sin dudas, es mejor que la alternativa neoliberal, que implica reducir la economía y despedir a millones de personas. Eso es lo que ellos hacen: bajan los sueldos porque han creado tanto desempleo que eso mismo baja la inflación. Esto no es una exageración, es la política explícita de las bancas centrales en todo el mundo; así es como ellos luchan contra la inflación. Creo que vale la pena buscar una alternativa

Las PASO por Norberto Galasso

6.9.13


Para efectuar un balance necesitamos establecer cuál es el objeto de análisis y desde donde se efectúa. 

Por ello es necesario partir de la condición semicolonial de la Argentina y su carácter de país que proviene de la disgregación de la Patria Grande Latinoamericana.

http://segundocentenario.org.ar/blog/wp-content/uploads/2012/07/galasso.jpg
La condición semicolonial de un país, como en este caso, resulta de presentar símbolos de soberanía, pero no serlo realmente por motivos diversos: extranjerización del aparato productivo, deuda externa, colonización mental de gran parte de sus habitantes, saqueo de sus riquezas, entre otros. Esta sumisión genera la reacción  a través de movimientos nacionales que procuran quebrarla.
Estos movimientos nacionales, constituidos por las víctimas del vasallaje, enfrentan a una oligarquía nativa, muy poderosa, asociada a  intereses antinacionales. Por ese motivo, resulta crucial, en toda elección, conocer qué partidos o grupos expresan a los intereses de dominación externa y cuál y cómo se compone el movimiento nacional que lo enfrenta.
En nuestra historia, los caudillos federales del interior y el P.A.N. en cierto momento fueron en el siglo XIX la expresión de esa reacción nacional. En el siglo XX, el radicalismo irigoyenista expresó la reacción de los sectores desheredados del interior del país y de las clases medias del litoral, con una concepción nacionalista agropecuaria  que, siendo hija del modelo agroexportador montado por Gran Bretaña, no llegaba a constituir un auténtico antiimperialismo. Luego, el Peronismo nacido en 1945 vació al radicalismo ya en declinación y se presentó como un movimiento nacional sustentado por los trabajadores, los sectores más populares de la clase media y cierto apoyo débil e inestable de sectores empresariales nacionales, en alianza con sectores nacionales del Ejército.
A partir de allí, el peronismo, como movimiento policlasista, ha ofrecido diversas versiones, según los sectores del movimiento que han logrado hegemonizarlo: el peronismo de la resistencia, después del 55, sustentado mayoritariamente en los trabajadores; el peronismo de los setenta que reclama la vuelta de Perón, que resulta de una alianza inestable y muy contradictoria entre camadas juveniles de clase media popular, con ímpetus revolucionarios y los sindicatos que resistían o conciliaban, en algunos casos, para subsistir a la proscripción; el peronismo posterior al fallecimiento de Perón, cuando se  agudizadaron esas disidencias, el cual mostró un rostro liberal en economía con una derecha lopezrreguista que enfrentó a la juventud y a ciertos sectores de una dudosa burguesía nacional, hasta su caída en 1976; el peronismo reaparecido posteriormente mostró una identidad confusa -que lo llevó a la derrota  electoral del 83- y peor aún, más tarde (entre 1989 y 2003) copado por el sector empresarial que se ha asociado al capital extranjero, quedando reducido, en los sectores populares, a solo un sentimiento afectivo que permitía suponer su desaparición como protagonista político.
Sin embargo, en el 2003, desde el peronismo aparece una nueva expresión del movimiento nacional que podría discutirse si es un nuevo movimiento -el kirchnerismo, con entidad propia- o una nueva versión del peronismo. En este caso, que es el que nos interesa, reinicia un proceso de liberación nacional con una base social integrada por  trabajadores  y movimientos sociales de desocupados aliados a sectores de clase media de posiciones progresistas (en especial, democráticos, defensa de los Derechos Humanos, etc.) así como a restos del viejo peronismo histórico.
Este peronismo kirchnerista asume una política nacional en cuestiones claves como independencia del FMI, disminución de la deuda externa, baja de la pobreza y de la desocupación, reactivación del mercado interno, recupero de conquistas laborales, avances previsionales, recuperación de algunas empresas que habían sido privatizadas, y una política latinoamericanista (rechazo al ALCA, Unasur , etc.)
Sin embargo, en su segundo período de gobierno, se evidencia, con el gobierno de Cristina, una cada vez mayor tendencia a suponer que su base de sustentación se encuentra especialmente en el movimiento juvenil  y que no puede ya decirse, como lo fue antes, que la clase trabajadora es la columna vertebral del movimiento. En este sentido, las listas del Frente para la Victoria para las PASO se caracterizan –no por el 25% o el 33% que Perón otorgaba a los sindicatos, sino por una escasísima presencia, casi nula, de representantes de los trabajadores. Asimismo, el sector más movilizado es el de la juventud de la clase media popular.
Hemos ido a las PASO con el movimiento obrero dividido en cinco organizaciones obreras, con sindicalistas en las listas de Partidos de derecha como el Renovador (Massa) y  la agrupación de Narváez. Asimismo, hemos llegado a las PASO con una campaña virulenta por parte de la oposición, especialmente de carácter mediático, aprovechando que en este tipo de elecciones de medio término –como ya se vió en el  2009- el electorado tiende a dispersarse, manifestándose en función de matices ideológicos, o de personajes mediáticos y no se polariza como en las elecciones presidenciales. (En 2011, Cristina obtuvo el 54%).
En estas condiciones, consideramos que el Frente para la Victoria debió rondar, en las PASO, por lo menos el 30% que es el núcleo duro de su apoyatura. No fue así, sin embargo, alcanzando sólo el 26%. Podemos argüir que el candidato del Frente se lanzó tardíamente y que alguna parte del electorado creyó votar peronismo al apoyar a Massa quien había sido jefe de gabinete del gobierno de Cristina, pero igualmente no podemos contentarnos con la derrota en municipios tradicionalmente peronistas del Gran Buenos Aires, especialmente porque la misma Cristina y el gobernador Scioli apuntalaron con fuerza al candidato oficialista en los últimos tramos de la campaña.
La oposición, a través de su fuerza mediática, logró hacer girar la campaña principalmente sobre cuestiones que son sumamente sensibles al electorado: la inseguridad, la inflación y la corrupción, responsabilizando de ellas al gobierno. Argumentos sobran para contrarrestar esas imputaciones pero o no fueron suficientemente esgrimidos o lo fueron con poca contundencia: una sociedad  que hasta hace muy poco tiempo mantenía altísimos niveles de desocupación y de trabajo en negro, así como altos niveles de pobreza, no puede evitar cierto grado de inseguridad por más que hayan bajado ostensiblemente los índices en estas cuestiones. Por otro lado, la violencia y la inseguridad, ligados a la marginalidad, se dan en casi todos los países.
La inflación, por su parte, proviene no de la emisión monetaria sino de la estructura económica creada por los gobiernos anteriores y caracterizada por un alto  grado de monopolización u oligopolización en el sector empresario Son las grandes y aún las medianas empresas las que al encontrarse con una creciente demanda de sus productos -debido a la reactivación del mercado interno- prefrieren, en vez de aumentar la producción, vender lo mismo en cantidad pero a precios más altos. La responsabilidad es de los formadores de precios y sólo es posible remediarlo indagando en sus costos, medida para la cual se necesita audacia y una correlación de fuerzas entre el gobierno y los capitalistas que lo haga posible. La corrupción, a su vez, integra la naturaleza  del capitalismo y aparece en todos los países. Si alguien pone su voto contra el gobierno por algún hecho de corrupción se equivoca. Debe ir contra el capital concentrado y proponer entonces el reemplazo del capitalismo por otro sistema donde prepondere la solidaridad y no el “soy porque tengo” propio del sistema en que vivimos. Son diversos los factores, pues, que han provocado la notoria disminución del caudal electoral del gobierno, aunque ello, por supuesto, no exime a éste de autocríticas.
Y aquí viene la segunda parte: ¿desde dónde analizamos los hechos ocurridos? Componentes consecuentes del campo nacional, nuestro objetivo no es la constitución de un posible y dudoso capitalismo nacional, sino como se planteó siempre desde la  Izquierda nacional como objetivo estratégico, como también lo voceó la Jotapé del 70, como asimismo lo sostuvo el propio Perón en 1968 cuando dijo que el capitalismo estaba perimido y la cuestión era ir en camino de un socialismo dogmático (como el ruso) o en cambio, de un socialismo nacional y latinoamericano, como también la izquierda peronista (Cooke y Hernández Arregui, por ejemplo). La Liberación Nacional por la que luchamos va en camino del Socialismo Nacional, resolviendo así, no sólo la cuestión nacional sino también la cuestión social.
Desde esta perspectiva, juzgamos que así como la clase trabajadora fue la columna vertebral del peronismo histórico  lo debe seguir siendo para, en la lucha misma, como objetivo estratégico, alcanzar las condiciones para convertirse en la cabeza política del frente nacional que integren todos los demás sectores sociales víctimas de la opresión nacional y de la explotación social. De ahí que aún colocando todas nuestras fuerzas para que el Frente para la Victoria prosiga adelante y profundice su modelo sin dar ni la más pequeña posibilidad para esa oposición que quiere atrasar de nuevo el reloj de la historia, consideremos, con vistas al futuro, que la actual débil presencia de los trabajadores resulta muy preocupante, especialmente cuando en barriadas tradicionalmente del peronismo histórico se ha reducido el caudal electoral del Frente para la Victoria, que no debió bajar de manera alguna, del 30  ó 32 % y sólo llegó al 26% en el total general. Es preciso, pues, redoblar los esfuerzos militantes, profundizar la autocrítica y reconstruir el Frente para mejorar notablemente los resultados en octubre y estar entonces, en condiciones de legítima gobernabilidad en los dos años siguientes, para continuar profundizando las transformaciones a partir del  2015.
Intereses expresados por la oposición 
Esto lo sabe el enemigo. Lo supo la Mesa de Enlace Agropecuaria cuando logró arrastrar detrás suyo a la Federación Agraria quebrando su vieja  tradición  y colocar a su servicio a amplios sectores de clase media inclusive algunos enarbolando insólitamente  banderas rojas cuando fue la disputa por la Repsol. 125. Grondona y Biolcati fueron claros en aquel diálogo inolvidable creyendo que a poco tiempo del  2009 llevarían al poder a un traidor, pero el kirchnerismo reaccionó y golpeó con sucesivas medidas que desbarataron la maniobra y los derrotó ampliamente  en el 2011 (con nueve puntos más que en el  2007) dejando al segundo candidato a una distancia enorme de  casi 40 puntos). Todos sabemos que se avanzó en lo económico, en los derechos sociales, en los pasos hacia la unidad latinoamericana y se luchó por la desmonopolización de los medios de comunicación, etc. “El modelo” empezó a resultar demasiado molesto para una parte de la sociedad que veía con pavor estos avances mientras el neoliberalismo conducía a Europa y a Estados Unidos a una fuerte crisis. De allí que el frente antikirchnerista se jugara entero por incrementar su fuerza y disputar el poder, antes de que fuese demasiado tarde.
La Sociedad Rural estrechó filas junto a las grandes corporaciones multinacionales y mediáticas y con los sectores más conservadores de la  Justicia. Además, sus más conocidos políticos se convirtieron en asiduos visitantes de la embajada de Estados  Unidos. Desde el frente reaccionario brotó una campaña virulenta imputando al gobierno todos los males. Ese frente económico social encontró –como lo dijo la Presidente- sus representantes en una dirigencia política de izquierda a derecha que solo supo oponerse a cuanto proyecto manifestase el gobierno. Es el neoliberalismo que quiere volver. Disfrazado de Capriles, el señor Massa ya habla de rescatar el sistema jubilatorio privado y de recurrir al mercado de capitales mundial. Nos cabe la responsabilidad de no dar un paso atrás y eso solo se logra dando pasos hacia adelante, porque quedarse en lo que estamos ya no basta. Quien recuperó algunas conquistas, como el caso de los trabajadores que pasaron del 24% de desocupación al 7,5% ahora exigen aún más y reclaman el trabajo en blanco para los compañeros  que trabajan en  negro sin protección social alguna.
En este sentido, las dos primeras medidas adoptadas por la Presidente expresan esa reacción: elevar el mínimo no imponible para Ganancias y para Asignaciones familiares –que si se hubiese hecho con anterioridad hubiera evitado problemas con el sindicalismo- y entablar el diálogo con “los titulares” como ella dice y no con los suplentes, especialmente porque estos suplentes son saltibanquis y cambian de camiseta de un día para otro, no siendo rescatables ni política ni éticamente. (Ha corrido mucho dinero comprando punteros y concejales para convencer al votante a cambio de promesas ilusorias: por ejemplo, otorgar el 82% móvil de las jubilaciones mientras por debajo de la mesa concertaban con los Bancos la vuelta de las AFJP).
Caracterización del actual proceso político
Vivimos hoy pues un proceso de transformación que tiene detrás una Década Ganada  o para ser más precisos, un proceso de liberación nacional que por supuesto, como en todo proceso de este tipo, mantiene aún algunos problemas sin resolver. Pero este proceso no lo encabeza una burguesía nacional dispuesta a enfrentar a los intereses imperialistas para desarrollar un capitalismo autónomo. Carece de esa estrategia porque carece de conciencia nacional, porque es débil, porque ni siquiera puede rotularse como burguesía nacional (ya que el aparato productivo está altamente extranjerizado). De manera tal que un proceso de liberación nacional en estas condiciones sólo puede profundizarse  en un camino de cambios drásticos, a través de una profundización, en un camino semejante al que ha tomado Venezuela, por ejemplo donde, cuando Techint no quiso someterse a la planificación del gobierno, fue expropiada.
Todo lo hecho hasta aquí  ya ha advertido  al enemigo que vamos por más y que ese es el único camino, Avanzar en las elecciones de octubre  implicará un primer paso. El segundo estará dado por robustecer todas las líneas del Frente para la Victoria  y preparar las fuerzas para ganar el 2015. Para ello es imprescindible que la clase trabajadora vuelva a constituir, por ahora, la columna vertebral, sin desmerecer por eso los aportes que pueda cumplir la juventud, reorganizar el P. J. o el Frente o como se llame, en la estructura partidaria, donde la opinión de los militantes incida, donde el compañero de base sepa que va a tener su posibilidad de promover a un candidato y no a otro, que “las mesas chicas” ya no arman las listas con gruesos errores y que  si hubo errores, no hay que repetirlos. Sólo una fuerte participación popular, en los sindicatos, en las unidades básicas, en los ateneos culturales, etc. puede asegurar la permanente revalidación de los liderazgos para avanzar en las transformaciones que urgen.
La oposición –desde los traidores que integraron un día nuestras filas hasta los declinantes que un día levantaron nuestras banderas- se jugará el todo por el todo. Ellos saben lo que quieren aunque no pueden expresarlo públicamente como no podía expresarlo Menem en el 89, según propia confesión. Pero saben que quieren las AFJP, el libre juego de divisas, la libertad de empresa (y no de prensa verdadera), en fin, “el ajuste”.  Nosotros estamos en condiciones de expresar que vamos a dar apoyo total a las empresas recuperadas, a las cooperativas, que vamos a producir medicamentos en empresas estatales, que vamos a recuperar la red ferroviaria, no en vanas promesas demagógicas, y además explicar incluso cuando no se puede hacer determinada transformación  cuáles son los inconvenientes que exigen dejarla para más adelante.
De la  Presidenta hacia el pueblo y del pueblo hacia la presidenta, pero no sólo en los actos sino en el día a día, a través de la forja de los cuadros medios necesarios en las distintas áreas y mecanismos de comunicación, exigir por ejemplo que las comunas funcionen aunque para ello entremos en conflicto con el macrismo que las  obstaculiza, aplicar  la ley de medios para que todos se expresen, controlar los costos en origen. Sabemos que  solo con la democracia, como decía Alfonsín, no basta, que no se come, ni se educa, ni se cura, que sólo un auténtico protagonismo popular  hará posibles cambios  profundos y  duraderos, y el surgimiento de militantes y cuadros que aseguren  que las conquistas logradas no se perderán.
Que no se ilusionen los Magneto, los Mitre, los Biolcati, los  Etchevere y otros por el estilo. Que saluden amablemente y se retiren del escenario, ya no tienen nada que hacer en el mundo nuevo, en esta América Latina, que a pesar de todos los obstáculos, va consolidando su liberación y  su unificación  concretando transformaciones profundas y Argentina debe estar a la altura que corresponde vigorizando esos cambios..
Para ello también es preciso un conocimiento profundo de la realidad en que actuamos. Que el militante común, cuando confronta dentro de su familia y le piden paz y consenso, sepa que en ningún lado donde hay ricos y pobres hay fraternidad ni siquiera buenas maneras. Que la paz y la tranquilidad son propias de los cementerios. Que antes es necesario que impere la justicia y entonces no habrá confrontación. Que cada ateneo o unidad básica se convierta en un hervidero de discusión, de descolonización ideológica, de “avivar giles siendo nosotros solo giles avivados”-como decía Jauretche- que transmitimos la verdad en la economía, la historia, la cultura, la unión latinoamericana y que salgan de allí las nuevas propuestas, nuevas refutaciones a los mitos de la clase dominante.  La fuerza de la juventud debe estar puesta en el territorio, en la ayuda al barrio, pero no hay mejor ayuda que  difundir las ideas de Jauretche, de Scalabrini Ortiz, de Cooke, de Hernández Arregui y por supuesto, de Perón.
Lograr colocar al lado de los trabajadores a las clases medias a través de la descolonización es una de las  tareas principales para destrozar el mensaje de los Lanata, Nelson Castro, Bonelli y tantos otros periodistas al servicio del gran capital. Ese  mensaje intenta legitimar la vuelta a los 90 y es preciso quebrarlo con argumentos poderosos, que nos sobran, en todos los frentes donde presenten batalla ideológica
Con esos mensajes crean agenda e imponen los  temas que resultan más sensibles a los sectores medios. Lo hicieron desde allá lejos con la historia mitrista, la economía liberal, la cultura enciclopedista, etc. Lo siguen haciendo ahora adjudicado al gobierno la inseguridad, la inflación, la corrupción y la intolerancia con la consiguiente  confrontación. Estos fueron la base de un gorilismo que ha resurgido en los últimos años.
No podemos, sin embargo, dejar de mencionar algunos errores del movimiento nacional, como lanzar, con poco tiempo, un candidato casi desconocido así como, en la preparación de las listas “a mesa chica” ignorar algunas figuras importantes por motivos secundarios.
El actual proceso político
Las grandes corporaciones económicas, Sociedad Rural, Clarín, etc. se dieron a la  tarea de buscar un Capriles, es decir, alguien que escondiese su verdadera condición liberal tras una aparente reconocimiento a algunos hechos del gobierno, como si se tratase de un peronista prolijo, honesto, que aceptaba lo bueno realizado pero corregiría la confrontación, (inevitable en un régimen social desigual). Allí apostaron con mucho dinero y sacaron de la galera a un tipo joven -lindo según dijo la señora de Duhalde- que vive en uno de los countries mas caros del país y cuya intendencia está rodeada por los municipios donde vive la gente más rica del país. La circunstancia de haber  participado del gobierno como jefe de gabinete  facilitó la confusión y aparece hoy como un posible presidenciable, mientras que el movimiento nacional ofrece debilidad en este terreno pues no se han forjado los cuadros necesarios.
También es cierto que los vaticinios demasiado optimistas provienen del microclima  que existe en los sectores de nueva clase media, progresistas, que han celebrado fervorosamente el matrimonio igualitario, la identidad de género, el castigo a los represores,  avances que  valoran en alto grado esos lectores de Página  12  pero que en cambio resultan  evaluadas con menor interés por los trabajadores.
A su vez los sectores de clase media con pensamiento más ligado al viejo país se molestan  según su criterio, porque es una mujer la que ejerce la presidencia, porque no se cumple con formalidades como reuniones de gabinete, porque se cuestiona a un periódico que por rutina compran hace muchos años.

Desafíos futuros
Pero al igual que en el 2009, cuando fue derrotado por Narváez, el gobierno ha reaccionado políticamente. Por un lado, ha elevado el mínimo no imponible  liberando a los trabajadores que ganan hasta 15.000 de la obligación de pagar ganancias -reclamo que había sido bandera de Moyano, antes de su derrumbe político,  y de otros sectores de la oposición a la cual el gobierno no había accedido porque provocaría déficit fiscal. Al mismo tiempo ha creado un sistema de diálogo con sectores económico-sociales, mejorando así su relación con la CGT  de Caló, que hasta ese momento no había tenido mayor reconocimiento por su oposición a los planteos del moyanismo y también con  sectores de la industria. Al mismo tiempo, intenta robustecer la figura de Insaurralde  para lograr que la elección arroje resultados mejores que los de las PASO. Esto no es fácil porque los votantes de Narváez probablemente se vuelquen a Massa e incluso algunos reaccionarios de otros partidos, pero expresa que el gobierno se defiende y avanza. La tenida en la Justicia con respecto a la ley de medios también parece haberle salido bien  en el debate, aunque no se sabe si la justicia fallará o lo dejara para más adelante pero sería vergonzoso para los magistrados declarar la inconstitucionalidad de la ley después de los debates contundentes que probaron la constitucionalidad.
Quienes entendemos  que el gobierno debe profundizar el modelo retomando las banderas del  45 con la perspectiva  de avanzar hacia el socialismo del siglo XXI que planteó Chávez, (control de precios y otras medidas), consideramos que ese es el camino que se consolidará haciendo posible  transformaciones más profundas con la mira puesta en una América Latina  libre, unida e igualitaria.