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Mezclando drogas con alimentos

4.10.09

Relaciones peligrosas: las mezclas más letales de remedios y bebidas.
En un país como la Argentina, que figura entre los que más se automedican en el mundo, conviene saber cuándo se potencian o se anulan los efectos de los medicamentos.
Aquí, una guía práctica sobre qué se puede tomar y qué no cuando se está bajo tratamiento.
Los riesgos de mezclar paracetamol y alcohol, ciertos antibióticos con lácteos y ansiolíticos con cafeína.
Según la Confederación Farmacéutica Argentina, en el país mueren 700 personas al año por estas causas.

Muchas veces, los médicos creen que su tarea finaliza a la hora de firmar la receta con el medicamento preciso y ya. Esa idea, simplificadora, es la misma que tienen muchos pacientes, sin conciencia de que el cuerpo es en cierto modo una coctelera química y cada cosa que se le agregue puede hacer cambiar el resultado del trago.

Por esa razón, se descuida una importante fuente de intoxicaciones como es la mezcla de drogas entre sí, de drogas con comidas y de drogas con bebidas. Además de provocar efectos adversos, puede llevar a que los medicamentos no cumplan con su función, o a potenciarlos, con la consecuencia de la continuidad de la enfermedad y el dispendio de dinero. Según la Confederación Farmacéutica Argentina, más de 700 personas mueren en el país cada año por esta causa; pero hay razones para sospechar que el número puede ser mayor si se suman las consecuencias secundarias del mal uso de las drogas. Los afectados, se cuentan de a miles.

En un país como la Argentina, donde es tan fácil conseguir remedios sin la receta obligatoria, incluso apelando a argumentos irrisorios como “soy vecino de la farmacia, me conocen” (como escuchó esta semana un periodista de este diario), la información sobre las interacciones puede ser vital en tanto la automedicación es más ley que la ley.

“Muchas veces no se tiene conciencia del valor del medicamento y de que hay una dosis adecuada para cada persona y para cada enfermedad. La automedicación siempre es un riesgo y puede tener consecuencias graves: una complicación por mala utilización del mismo o las intoxicaciones infantiles por accidentes ante la presencia de fármacos en casa”, mencionó Mónica Nápoli, miembro de la Subcomisión de Adicciones de la Asociación Toxicológica Argentina.

Mezcla. Pocos tienen presente que tomar una droga requiere una especial atención. Y la palabra clave es interacción. “Si consume más de un medicamento a la vez, ¡tenga cuidado!”, advierte la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), el ente que regula la actividad, y argumenta que esto ocurre por la superposición de dolencias, lo que muchas veces hace que sea más de un profesional el que hace las recetas, sin que el paciente lo advierta ni el especialista pregunte. La ANMAT también pide que se preste especial atención a las indicaciones de las drogas que reclaman “ingerirse en ayunas” o “con las comidas”.

Una de las mezclas de las que hay que cuidarse (entre muchas otras, ver gráfico) es la del alcohol con el paracetamol. Pese a que se promocionaron las ventajas anti resaca del analgésico –incluso con un medicamento aprobado en el mercado–, es algo que no se recomienda porque tanto el alcohol como el paracetamol tienen efectos tóxicos sobre el hígado que, encima, se pueden potenciar. “Son dos cosas que hacen daño en el mismo lugar. Lo mejor para la borrachera es dejar pasar el tiempo, esperar que se pase y no tomar nada más que agua y frutas”, señaló Arnaldo Doisenbant, especialista del Servicio de Toxicología del Hospital de Clínicas y profesor de Medicina Interna de la Facultad de Medicina de la UBA. “La gente quiere soluciones rápidas pero es más seguro no tomar nada. El paracetamol es útil como antiinflamatorio, por ejemplo, pero no es un antídoto”, explicó.

Como suele proclamar el lugar común, puede ser peor el remedio que la enfermedad.

Antibióticos y problemas intestinales

Arnaldo Doisenbant, especialista del Servicio de Toxicología del Hospital de Clínicas y profesor de Medicina Interna de la Facultad de Medicina de la UBA, señaló que muchas veces los médicos deberían conocer algunos detalles de la vida intestinal de sus pacientes a la hora de recetar algunos medicamentos que pueden afectar o exacerbar a las bacterias (conocida como “flora”) que viven allí y colaboran con la digestión humana.

“Los médicos a veces no avisan y hay antibióticos que aumentan más o menos el tránsito intestinal, algo que también depende de la tendencia natural de la persona”, dijo. Y remarcó que hay algunos que producen diarrea porque los antibióticos de espectro amplio también actúan sobre las bacterias del estómago.

“Por el contrario, en otros casos, las bacterias, al no tener competencia, se multiplican. También hay medicamentos que por el efecto de la cápsula que lo recubre pueden dar dificultades para la digestión más allá del contenido de la droga”, agregó Doisenbant.