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La muerte de Emiliano Zapata

10.4.13

El 10  de abril de 1919 moría asesinado Emiliano Zapata, sinónimo de resistencia, revolución y redención de los sectores campesinos más humildes del México de principios de siglo. 



Entre 1880 y 1910 ese país había sido gobernado casi ininterrumpidamente por el general Porfirio Díaz, cuya política favorecía los intereses del sector terrateniente latifundista y del capital extranjero (esencialmente norteamericano), mientras gran parte de la población, en su mayoría indígenas privados de sus tierras, se encontraba excluida de las decisiones políticas y sumida en una profunda crisis.

 En 1910 estalló un movimiento revolucionario encabezado por el hacendado norteño Francisco Madero, que pronto se extendió a los sectores más humildes, representados por líderes más radicales como Emiliano Zapata y “Pancho” Villa. Porfirio Díaz fue desplazado y, en 1911, Francisco Madero asumió la presidencia. Pero pronto Zapata se declaró en su contra y propuso “la tierra para quien la trabaja”, formulando un programa de reforma agraria, conocido como Plan de Ayala. 

El líder revolucionario luego continuó sus acciones guerrilleras contra el gobierno dictatorial de Victoriano Huerta –que contaba con el respaldo estadounidense- y el de Venustiano Carranza, elegido constitucionalmente. En 1919, un agente de Carranza preparó una emboscada en Morelos. Allí, decenas de soldados hicieron fuego simultáneamente sobre su cuerpo. Zapata había declarado: “Prefiero morir de pie que vivir siempre arrodillado”. Para recordarlo incluimos en esta fecha una de las proclamas de Emiliano Zapata y un corrido popular, que  a continuación transcribimos:
Fuente: Emiliano Zapata. Manifiestos. (Recopilación), Chantal López y Omar Cortés, Ediciones Antorcha, México, 1986.
A TODOS LOS PUEBLOS EN GENERAL
“En nombre de mi Ejército, que reclama un derecho de reivindicación muy justo en la conciencia de todo buen mexicano, o de otra nacionalidad, que ame a su propia Patria y que tienda a salvarla de monstruos perniciosos que explotan de una manera salvaje el sudor de las frentes de sus hijos, vengo a protestar ante el mundo civilizado que ha hecho a su Patria libre e independiente, encaminándola por el sendero del progreso de su riqueza nacional, contra la prensa alarmista y contra todo ataque a mis denodados soldados, que nos llaman bandidos, porque bandido no se puede llamar a aquel que débil e imposibilitado fue despojado de su propiedad por un fuerte y poderoso, y hoy que no puede tolerar más, hace un esfuerzo sobrehumano para hacer volver a su dominio lo que antes les pertenecía. ¡Bandido se llama al despojador, no al despojado!

”Hago un llamamiento a todos los Pueblos de la República Mexicana, sin distinción de individuos en clases y categorías, a fin de que quiten de su mente todos los temores con que la prensa aduladora y enemigos nuestros, tratan de manchar mi honradez y la de mis valientes soldados; que tema, sí, todo aquel individuo que haya explotado, despojando tierras, aguas y montes en gran escala a los pueblos, pero no de una cobardía porque no somos cobardes, pero sí de que todo lo que no es suyo tendrá que devolverlo.

”Ofrezco a Uds. queridos pueblos, cuidar de sus intereses y de sus vidas, cuando por fortuna me toque estar en uno de ellos, para cuyo objeto me ocupo en disciplinar debidamente a mis soldados, y éstos se mantendrán acuartelados cuando tengamos la fortuna de tomar a fuerza alguna población de las defendidas por el Autócrata Madero, ¡destructor del Plan de San Luis Potosí!

”Ante el mundo entero ofrezco, en nombre de mis soldados y partidarios, obrar como antes he dicho, no respondiendo de aquellos individuos que al nombre de mi bandera se amparen cometiendo atropellos, venganzas o abusos; para éstos excito a todos mis partidarios y pueblos en general los rechacen con energía, pues a éstos los considero enemigos míos que tratan de desprestigiar nuestra causa bendita y evitar el triunfo; inquieran sus nombres verdaderos y no los pierdan de vista, para que reciban el castigo merecido.

”Pueblos queridos: el triunfo es nuestro, ya tiemblan los tiranos amigos del retroceso. ¡Adelante! que ya la aurora de la libertad brilla en el horizonte”.
31 de diciembre de 1911

Emiliano Zapata
General en Jefe de las Fuerzas del Sur

 
Las expresiones artísticas siempre mucho más cercanas al sentir popular que los discursos oficiales eternizaron la obra de Zapata con numerosas poesías y corridos. Reproducimos a continuación uno de ellos:

CORRIDO DE ZAPATA
Muy fresca está la memoria
del gran caudillo Zapata
hincando sobre la historia
sus dos espuelas de plata.
Plan de Ayala, Plan de Ayala
manojo de imprecaciones
que en cada frase señala
la libertad de los peones.
Cayó nuestro general
asesinado con saña
también se fue nuestro ideal
con nuestro jefe Magaña.
Los surcos se fecundaron
con sangre de corazones
y en sangre y surcos brotaron
las horcas y rebeliones.
Libertad, tierra y trabajo
en vez de esta vida amarga
ya no quieren los de abajo
seguir de bestias de carga.
Aquí termina el corrido
de Zapata el general
que defendió con su sangre
la tierra y la libertad.
Anónimo