Dale al Twitt

La imagen del día

La imagen del día

La frase del Día...

"La soja se puede mantener un año o más sin venderse" , Luis Miguel Etchevehere, Presidente de la Sociedad Rural

VEO VEO...

Jorge Lanata: “Es bueno que la sociedad discuta la propiedad de los medios”

9.10.09


Habitual crítico del Gobierno, no duda en defender el proyecto que recorta el poder de los monopolios mediáticos. “Si no hiciera esto no me respetaría a mí mismo”, dice. Los puntos que pide cambiar. Su desconcierto con Néstor y Cristina y las acusaciones contra Papel Prensa. Los Kirchner, Clarín, Verbitsky, la Negra Sosa y su apoyo a la nueva Ley de Medios, en una entrevista imperdible.
Por Jorge Cicuttin

Es rara la situación. No por el segundo cigarrillo que enciende Jorge Lanata a los cinco minutos de empezar la charla. Es extraño verlo hablar sin la interrupción de una pitada. Lo raro es que aparezca defendiendo animosamente un proyecto del Gobierno. Justo él, que no ha ahorrado crítica hacia la gestión kirchnerista en los últimos años.

“Pero no es raro, en serio. Vos me conocés. Yo no puedo haberme pasado la vida hablando contra los monopolios y ahora que hacen una ley contra esos monopolios decir que no porque lo hace Kirchner. No me respetaría a mí mismo”, dice, y pita.

La Ley de Medios, más allá de criticar algunos temas puntuales, encontró en Lanata a un defensor. Aunque todavía incrédulo. “Todavía me asombro de que la estén tratando (N. de la R.: la charla fue el lunes, antes del debate en el Senado). Yo pensé que nunca la iban a mandar al Congreso. Es más, aposté en privado a gente del Gobierno que no la iban a tratar y he perdido un par de cenas, que en su momento pagaré, digo esto para que se queden tranquilos. Pero, en serio, no creí que se iban a animar, porque incluso pensaba que la propia tropa no se iba a animar.”

–Quizá se animaron porque en junio Néstor Kirchner perdió la elección bonaerense...

–Dicen que Kirchner tiene esa cosa, que perdido por perdido quema todas las naves. Si hubiera ganado quizá no se mandaba la ley... puede ser, el único que lo sabe es el propio Kirchner. Mirá, en un punto esta pelea es ideológica, pero siempre fue una pelea de negocios. Y lo importante es que lo están haciendo. Es como cuando estás en la calle y un pibe te pide limosna. Hay gente que le da y gente que no. Y el que no lo hace tiene sus excusas. No importan. Vos le das o no le das. Con la ley es igual. Está por pasar, el motivo último realmente no me calienta.

–Vos decís que hay que discutir las leyes haciendo abstracción de los gobiernos.

–Sí, porque las leyes son del Estado, no son del Gobierno. Los Kirchner se van a ir y esta ley va a quedar. Y después se va a poder modificar. Si querés, en mi opinión, para mejor. Si vos evaluás las leyes sólo pensando en quien las va a aplicar, ninguna aguanta.

–En el peor de los casos, es un piso del cual partir...

–Seguro. Y que hasta ahora era impensable. Creo que si esta ley no sale ahora no sale nunca más. Esta ley contó con un factor sorpresa que desconcertó a todo el mundo y agarró a todos, incluso al Gobierno, desorganizado para discutirla. La campaña a favor de la ley hecha por el Gobierno es una porquería, no la saben explicar. La oposición dice cualquier cosa y no leyó la ley. Este es un momento en que todo el mundo dice cualquier cosa. Por eso, si no sale en esta confusión no sale más.

–¿Por qué?

–En 26 años de democracia nunca se pudo cambiar porque era meterse con el poder real. Yo siempre doy este ejemplo: todos los directores del Comfer que conocí lo primero que hacían no bien asumían era ver qué hacían con Clarín. Era vergonzoso, pero nadie hacía nada. Cuando hoy ves el mapa de los dueños de los medios, entendés todo. No hay nada que explicar: todos los circulitos son del mismo color. Ya está. Entonces si ese mapa se resquebraja, es un paso adelante. Después discutamos cómo se resquebraja, si van a aprovechar bien o mal la oportunidad. Pero en cualquier caso es un paso adelante.

–Ya sólo la discusión es un paso adelante, aunque sea para que las empresas muestren sus verdaderos intereses.

–Vamos por parte. Así como no creo que se trate de un tema popular, que le preocupe a todo el mundo, pienso que es bueno que este tema haya aparecido. Sartre decía, hablando de la verdad, que es una venda que cuando te la corrés nunca vuelve a estar en el mismo lugar. Cuando vos ves algo que antes nunca habías visto, ya no volvés para atrás. Ya lo viste. La sociedad empezó a discutir la propiedad de los medios. Ahora seguirá la discusión, o la va a parar, pero no va a volver para atrás. Esto es lo bueno que tiene. Es obvio que la gente se empezó a dar cuenta de que los medios responden a intereses. Pero nosotros, como tipos de los medios, también sabemos que no todos son iguales, que no existe nunca un discurso tan unívoco. Que adentro de los medios las partes pelean entre sí. Que nunca hay una sola línea. No hay que verlo desde el lado de una construcción paranoica. No me gusta esta cosa de que estás con uno o con otro. O sos de Clarín o no. Eso es injusto porque no siempre es así. Conozco mucha gente, compañeros nuestros, que están en contra de la ley y lo hacen porque lo piensan. Ernesto (Tenembaum) está en contra de la ley y realmente no creo que él lo esté haciendo por interés. Lo hace porque sinceramente piensa que la ley está mal.

–No me quería referir a los periodistas, sino a los cambios de actitud de los dueños de los grupos...

–Eso sí. Mirá, la mitad de las notas que nosotros publicamos hace años ahora la está sacando Clarín. La historia de la mafia de los medicamentos la escribí hace dos años y medio, y Clarín se acordó ahora que había que publicarlo. Es gracioso, ahora Veintitrés o Noticias sacan una nota contra el Gobierno y Clarín lo levanta, cuando en su puta vida lo hicieron. También, en esta discusión, hay mucho cinismo en los políticos. Porque escuchar a tipos como Rodríguez Saá y a Romero de libertad de prensa, yo no lo puedo creer. O eso de que TN puede desaparecer.

–En esta discusión aparecieron frases desafortunadas, incluso cuando la Presidenta habló del secuestro de los goles...

–Fue igual de estúpido. Empataron. Secuestrar los goles o TN puede desaparecer... por favor, cállense la boca y hagan un silencio respetuoso frente a lo que nos pasó. Dejemos de joder. Aparte si hubo un diario que se dedicó a ignorar las desapariciones fue Clarín. Por lo menos callate la boca. Y aparte es mentira. Sacar del aire a TN será una decisión del grupo a partir de la nueva ley.

–De lo que se habla poco es que los grandes medios privados también operaron para acallar medios más pequeños.

–Es así. En el tema comercial, con los avisos con exclusividad. En el caso de los diarios, la existencia misma de Papel Prensa es un atentado contra la libertad de prensa. Es gracioso que los diarios que formaron parte de Papel Prensa toda la vida hablen de libertad de prensa, ¡qué libertad de prensa si no te venden papel! Eso es de un cinismo increíble.

–¿Qué cosas no te gustan de la nueva ley?

–Primero, que es una ley pensada en la facultad. No tengo nada con que la facultad opine, pero parece que fueron los únicos. Acá hubo todo un recorrido de la ley, que me parece bueno, pero fue muy académico. Eso la hace irreal, aunque académicamente interesante. Me parece que es grave que confundan el concepto de espectro con el de audiencia. El espectro son diez medios; la audiencia, diez millones de personas. Si vos dividís el espectro en tres (uno para el Estado, otro para ONGs y el tercero para privados), no dividís necesariamente los diez millones de personas. Si metés en el mercado cuarenta medios nuevos, las radios de los pueblos originarios, de los sindicatos, de las universidades, ¿de dónde van a sacar contenidos, de dónde van a sacar audiencia y cómo van a hacer para funcionar? Y a esas tres cosas me parece que no se les da respuesta. Si el Estado va a terminar bancando a esos medios digámoslo directamente, porque después va a ser un quilombo cuando se queden sin plata para funcionar. Me parece que eso no se discutió y es una cagada, porque es el paso que sigue. Otro problema, que es menor, pero conceptualmente importante, es la división entre música nacional y música extranjera. Me parece imbécil. Yo no estoy en contra, obviamente, de que el Estado fomente la actividad cultural, pero entonces que esa actividad no sea comercial.

–Lo que más se discutió es el plazo de desinversión. ¿Vos qué opinás?

–Ese plazo no es real. No va a terminar en un año. Es un proceso que va a demorar más tiempo. Además están las denuncias judiciales, hay que ver si gran parte de esto se sostiene en el tiempo. Por ejemplo, la nacionalización del fútbol va a durar lo que dure este gobierno y un cachito del próximo. Pero no va a ser avalado judicialmente. Acá la Secretaría de la Competencia tendría que haber denunciado a Torneos y Competencias y sacárselo a través de un fallo judicial.

–¿Y la publicidad oficial?

–Hay que terminar con la publicidad oficial.

–¿Terminar? ¿No es mejor sacar una ley que establezca pautas claras?

–Es que evidentemente no lo podemos manejar. ¿Qué es la publicidad oficial? Es la difusión de los actos de gobierno. Nosotros como periodistas estamos obligados a difundirlos, de buena fe, no podemos ignorarlos. Si inauguran un puente, vas y lo decís.

–También podés no decirlo.

–Podés, pero estamos partiendo desde la buena fe. ¿Cuál es la consecuencia de esto? Que desaparecen la mitad de los medios del interior. Si el Estado quiere de alguna manera bancar a esos medios por su trabajo social, que hagan como en algunos países europeos que los eximen de impuestos. Eso envilece menos la relación que la publicidad oficial. Yo eso se lo escuché a Nelson Castro y en su momento me pareció muy brutal, pero después de unos días me pareció correcto.

–También existe la hipocresía de suponer que la única publicidad que te condiciona es la oficial, que la privada no lo hace.

–Cualquier publicidad te condiciona si vos te dejás condicionar. Obvio. Lo que pasa es que con la publicidad oficial es más descarado.

–Hablando de los medios, ¿por qué te fuiste de Crítica?

–Porque se me acabó la plata y no quise terminar como con la revista, quebrando. Hubo un momento que había que seguir poniendo plata y yo no la tenía. En un momento me quedé solo con el cinco por ciento de las acciones y dirigir un medio así, en minoría, es muy difícil. Se hacía muy desgastante. Y antes de que se vaya al carajo me voy yo y que lo manejen como quieran. Fue eso lo que pasó.

–Y ahora pasando a la política, ¿cómo definís a este gobierno?

–Me desconcierta mucho. En líneas generales, creo que es un gobierno conservador con un discurso de izquierda. Ellos dos, Néstor y Cristina, me desconciertan mucho, a nivel personal. Yo iba a hacer una biografía de Néstor Kirchner, pero finalmente no la voy a escribir. Y probablemente no la haga por ese desconcierto, no termino da darle la vuelta al personaje. Es un tipo raro. Construye enemigos de una manera increíble y después se dedica a pelear contra esos enemigos imaginarios. Tiene una manera de jugar a full que a mí me gusta, en ese sentido me parece atractivo. Pero da la sensación de que han hecho grandes cambios estructurales y esos cambios no están en la vida real. Hay cambios en la agenda, en el discurso, pero no en la realidad. Y mucho menos cuando te comparás con países de alrededor. Brasil en seis años bajó a la mitad la cantidad de pobres, ahí estás hablando de política concreta. Uruguay puso computadoras en todas las escuelas primarias.

–¿Qué te parece la posición que asumió Julio Cobos?

–Creo que estuvo muy bien al oponerse a la 125, pero se tendría que haber ido ese mismo día. Vos no podés ser vicepresidente de un gobierno y ser opositor. No le pido que sea un obsecuente, pero esto no. Es demasiado, no podés conspirar con el mayor opositor del Gobierno.

–¿Y la gestión de Mauricio Macri en la ciudad?

–Macri ahora se dio cuenta de que quiere ser presidente y a lo mejor empiece a gobernar de una manera más personal. Hasta ahora no hizo nada destacable, yo esperaba que fuera un tipo más conflictivo, esperaba que Macri fuera un tipo de derecha. Yo no lo voté ni lo votaría, pero si vos me vendés que sos un tipo de derecha, selo. Es una cosa intermedia, que nunca toma ninguna decisión porque tiene miedo a la prensa, y vuelve para atrás. Es como que no se anima a ser Macri.

–¿Cómo ves el 2010?

–El problema no es sólo político, el problema de la Argentina está empezando a ser económico. Y el Gobierno no lo está viendo. Evidentemente van a volver al Fondo Monetario. ¿Con qué cara? ¿Por qué ahora es bueno y antes malo? No hay respuesta a eso. No es que te diga que no tiene que volver, lo tiene que hacer porque necesita financiamiento. Me parece que quedamos muy atrás de todo. Va a ser un año enquilombado.