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La frase del Día...

"La soja se puede mantener un año o más sin venderse" , Luis Miguel Etchevehere, Presidente de la Sociedad Rural

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Acá estamos, por Gustavo Santaolalla

1.11.10

Así es, amigos.
Apoyar y ayudar más que siempre.
Muchos han sido los logros.
Mucho queda por hacer, combatir y ganar.
Salimos del corralito;
no nos endeudamos por primera vez en la historia ni un centavo más;
se pagó al FMI;
se eligió una mujer como Presidenta de la Nación;
se implementó la asignatura universal por hijo;
se aumentó el nivel de escolaridad;
se creó una ley de medios para controlar a los que nos quieren decir lo que tenemos que creer (porque pensar, nunca quisieron que pensáramos por nuestra cuenta);
se procesó y encarceló a los asesinos y criminales que casi terminan con nuestra generación;
se aumentó el sueldo a los jubilados varias veces,
se luchó contra los arrogantes terratenientes rurales de toda la vida,
se implementó el casamiento de gente del mismo sexo,
se recibió a un país con una reserva de 8000 millones de dólares y se batió el record con 54.000 de reserva después de haber pagado los 6000 que no dejaban usar,
se “desprivatizó” el Banco Central;
se encontraron a más nietos de desaparecidos;
se desenmascaró al negocio grande de algunos, para convertirlo en asunto de interés nacional, no de un partido, sino nacional;
se le sacó tarjeta a gente que tiene hijos de desaparecidos y no lo quiere admitir;
se siguió luchando por todo esto aun con tanta gente y tanta energía en contra;
se festejó el Bicentenario de nuestra independencia en paz y armonía.
Todo esto y mucho más se hizo para nuestro país.
Para los que apoyan y para los que están en contra. Se hizo para todos.

Más allá de futuras elecciones, lo que se hizo está y, una vez más, está para todos.
En todo esto, con sus aciertos, errores, limitaciones, ambiciones (seguramente buenas y malas como las de casi todos nosotros), acciones y gestos acertados e inacertados, NESTOR tuvo mucho, pero mucho que ver.
Al que le guste bien, y al que no también.
Todavía nos queda mucho por hacer.

Solucionar problemas de vivienda, desempleo, salud, energía, transporte.
Erradicar la inseguridad, la pobreza, el analfabetismo.
Que Internet sea accesible para todo el mundo, que cada chico tenga una computadora,
que los trabajadores puedan recibir un porcentaje de las ganancias de las empresas, saldar la deuda. Pucha si nos quedan cosas por arreglar y mejorar.

Pero no dejemos de ver todo lo que se hizo y lo importante que fue NESTOR para que eso ocurriera.
Más que siempre, ayudar y apoyar.
Es un gran momento en la historia del mundo, del país y de Latinoamérica.
La Unasur se quedó sin presidente.
Cristina se quedó sin su par creativo, sin su compañero de vida.
Tenemos que estar. Estar para apoyar y ayudar a seguir adelante con nuestro hermoso país.
Como a NESTOR, y a cualquier hombre de buena voluntad le gustaría y como Cristina necesita más que nunca.
El corazón nos protege.
Nuestras ideas nos guían.
Acá estamos.

Nos abriste los ojos...

ME CUESTA DECIRTE GRACIAS

por el Gallego Fernández.


El escribir, es para mí el mejor ejercicio de racionalidad y de expresión de sentimientos, y me costaba escribirte Flaco; porque el corazón no estaba en sintonía con la cabeza; y algo me molestaba, hasta que pude encontrar la explicación.

Los tipos que asumimos ser militantes de la liberación, sabemos, que la vida es ese compromiso; somos rebeldes, cabrones, críticos, a veces ácidos; jamás tenemos gestos de agradecimiento, hacia los compañeros que militan esta causa, porque es el deber de cada uno de nosotros ponerle la vida, somos parte de esa generación, del todo o nada, donde lo natural es morir por amor al pueblo, porque esa es nuestra épica.

Cuesta una enormidad decirle gracias a uno de los nuestros, (como si lo realizado hubiese sido un gesto generoso), y este tipos de gestos solamente se agradecen, cuando proviene de alguien que no esta con el pueblo, de un extraño, del cual no esperamos nada.

En cierto modo agradecerle a cualquier compañero, es una falta de respeto; que en tu caso, nos devuelve la brutal contradicción de un pueblo agradecido, que nos conmueve y nos hace llorar. Contradicción insalvable, porque ese gesto de reconocimiento, es el criterio de verdad de las convicciones compartidas, y la justificación irrevocable, de que todos los sacrificios, las frustraciones y toda nuestra lucha; es el registro del avance, en la incansable marcha hacia la liberación; es la confirmación de haber transitado el camino correcto.

A Walsh le agradecen los periodistas comprometidos, para el resto de los militantes es uno de los nuestros; con vos Flaco, me pasa lo mismo; entraste a las piñas en la historia, combatiendo, confrontando, lo hiciste de la mano del pueblo; y por ello pasaste a integrar esa galería de valientes, que solamente se pueden honrar militando por la felicidad de los argentinos.

Seguramente Feiman de esto, no entienda un carajo; y a los pibes que lloraban desconsolados, tal vez le cueste entendernos, pero los comprendo, porque a la mayoría de sus padres le robaron la historia, y vos demostraste, que es posible hacerla. Hacia el filósofo, profeso mi más absoluto desprecio, porque desconoce que la violencia en las manos del pueblo es justicia, cuando nos gobierna una dictadura.

Me cuesta agradecerte, porque tengo bronca de que hayas puesto el cuerpo a miles de cuestiones, que te quitaron la vida, porque muchas de ellas, debieran resolverse con organización política; y esto también es contradictorio, porque es la admiración y el reconocimiento a tu compromiso; como también es una limitación que compartimos, y es sentir la responsabilidad propia, de no aportarte lo suficiente y que tuvieses, que echar mano a los odres viejos, para el vino nuevo.

Me cuesta agradecerte, por el miedo de parecer oportunista, porque quienes somos portadores de un pensamiento crítico, nos confunden con críticos, pero vos y yo sabemos, que cuando se alcanza un mundo mejor, hay que cambiarlo para hacerlo mejor, y porque seguramente compartimos, que aún nos quedan en la agenda las batallas decisivas.

Y aún con todas esas contradicciones necesito darte gracias, porque esa ausencia de patria que vivíamos en los noventa, un puñado de nostálgicos irredentos, portadores de ideologías, cuando estas habían muerto, que valoraban las gestas populares, la sangre derramada, y el destino compartido de una patria liberada; vos con tu ejemplo, llenaste la soledad de nuestra existencia, con millones de compatriotas.

Gracias Flaco porque desde las ruinas nos devolviste una patria.