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Baseotto (o Fasceotto como quieran llamarlo) sin 5 lucardas
22.3.05
Quedó sin efecto la designación del obispo castrense, Antonio Baseotto, cuestionado por sus duras declaraciones contra el ministro de Salud, Ginés González García.
El decreto lleva el número 220 y las firmas del presidente Kirchner y del canciller Rafael Bielsa.
El texto señala que se deja "sin efecto el acuerdo a Su Excelencia Reverendísima monseñor Antonio Juan Baseotto como obispo castrense". Y que se suspende la vigencia del decreto 1.084, del 14 de setiembre de 1998, en lo que hace a la remuneración mensual total de cinco mil pesos, hasta tanto se produzca la designación de un reemplazante.
En sus considerandos, el texto resalta en términos muy claros los motivos que llevaron a Kirchner a tomar la decisión.
"La justicia, la verdad y la memoria son valores centrales para el Gobierno Nacional y nuestra sociedad en la defensa de los derechos humanos y en el combate contra la impunidad, la injusticia y el ocultamiento de los crímenes aberrantes que asolaron a nuestra Patria", dice.
Y agrega: "Las expresiones de Su Excelencia Reverendísima monseñor Baseotto, invocando alegorías de connotaciones muy fuertes en la Argentina, que recuerdan los llamados 'vuelos de la muerte', reivindican los métodos de la dictadura, apoyan a los ejecutores de tales crímenes y lejos están de aportar la paz y la armonía o al cuidado espiritual de las Fuerzas Armadas".
De todos modos, tanto desde la Iglesia como desde el Gobierno se buscó distender un poco la tensión de los últimos días.
Por ejemplo, el ministro del Interior, Aníbal Fernández, negó que exista un enfrentamiento con el Vaticano y dio por superado el incidente. "No da para más", dijo muy coloquialmente.
"No existe ninguna convulsión política ni mucho menos con el Vaticano", dijo Fernández, quien además definió la relación con la Santa Sede como "excelente". Casi como si nada hubiera pasado.
Por otra parte, consideró que al vocero del Vaticano, Joaquín Navarro Vals, "le faltó algún tipo de información" cuando declaró que el Gobierno argentino estaría "violando la libertad religiosa". Replicó Fernández en declaraciones radiales: "Nadie le ha privado a Baseotto el que pueda llevar adelante su ministerio".
Para el ministro, frente a una "situación no deseada, unas expresiones que no son felices (por lo que dijo Baseotto), el Presidente hizo lo que tenía que hacer: llevó a cabo una decisión de las características que todos conocemos. Eso no tiene nada que ver ni con quitarle los ministerios al propio monseñor Baseotto".
Fuente: Clarin
El decreto lleva el número 220 y las firmas del presidente Kirchner y del canciller Rafael Bielsa.
El texto señala que se deja "sin efecto el acuerdo a Su Excelencia Reverendísima monseñor Antonio Juan Baseotto como obispo castrense". Y que se suspende la vigencia del decreto 1.084, del 14 de setiembre de 1998, en lo que hace a la remuneración mensual total de cinco mil pesos, hasta tanto se produzca la designación de un reemplazante.
En sus considerandos, el texto resalta en términos muy claros los motivos que llevaron a Kirchner a tomar la decisión.
"La justicia, la verdad y la memoria son valores centrales para el Gobierno Nacional y nuestra sociedad en la defensa de los derechos humanos y en el combate contra la impunidad, la injusticia y el ocultamiento de los crímenes aberrantes que asolaron a nuestra Patria", dice.
Y agrega: "Las expresiones de Su Excelencia Reverendísima monseñor Baseotto, invocando alegorías de connotaciones muy fuertes en la Argentina, que recuerdan los llamados 'vuelos de la muerte', reivindican los métodos de la dictadura, apoyan a los ejecutores de tales crímenes y lejos están de aportar la paz y la armonía o al cuidado espiritual de las Fuerzas Armadas".
De todos modos, tanto desde la Iglesia como desde el Gobierno se buscó distender un poco la tensión de los últimos días.
Por ejemplo, el ministro del Interior, Aníbal Fernández, negó que exista un enfrentamiento con el Vaticano y dio por superado el incidente. "No da para más", dijo muy coloquialmente.
"No existe ninguna convulsión política ni mucho menos con el Vaticano", dijo Fernández, quien además definió la relación con la Santa Sede como "excelente". Casi como si nada hubiera pasado.
Por otra parte, consideró que al vocero del Vaticano, Joaquín Navarro Vals, "le faltó algún tipo de información" cuando declaró que el Gobierno argentino estaría "violando la libertad religiosa". Replicó Fernández en declaraciones radiales: "Nadie le ha privado a Baseotto el que pueda llevar adelante su ministerio".
Para el ministro, frente a una "situación no deseada, unas expresiones que no son felices (por lo que dijo Baseotto), el Presidente hizo lo que tenía que hacer: llevó a cabo una decisión de las características que todos conocemos. Eso no tiene nada que ver ni con quitarle los ministerios al propio monseñor Baseotto".
Fuente: Clarin
Siete pecados capitales del e-mail
Un estudio de palmOne indica que la falta de una guía de comportamiento ante el correo electrónico hace perder mucho tiempo y trae conflictos. Sepa cuáles son y cómo evitarlos.
El trabajo se realizó en decenas de oficinas en Europa, aunque sencillamente podría trazarse un paralelismo con lo que ocurre entre los mensajes entre amigos.
El estudio, elaborado por Dynamic Markets sobre 750 trabajadores de empresas en cinco países europeos (España, Reino Unido, Francia, Alemania e Italia) arroja entre sus conclusiones que el e-mail es fuente habitual de conflictos.
Según el trabajo, el 61% de los encuestados cree que los correos no respondidos retrasan las decisiones comerciales. Asimismo, los mensajes confusos o descuidados pueden dañar las relaciones y ser causa de enfrentamientos.
Por ejemplo, ante la ausencia de respuesta se “bombardea” con más mails para conseguirla, se mandan correos urgentes sin ninguna llamada de atención y se escriben otros con un exceso de palabrería y una mala redacción que provoca malentendidos y daña las relaciones.
En ese sentido, uno de cada diez encuestados tuvo enfrentamientos por los malos entendidos generados a raíz del tono de los mensajes. En el caso contrario, algunos admitieron que mintieron al decir que no habían recibido un correo.
Según François Bornibus, vicepresidente de palmOne EMEA, “se espera que para este año la media de correos electrónicos enviados cada día supere los 36.000 millones . El correo electrónico supone una revolución en nuestra forma de entender la comunicación y los negocios, pero cuando su uso se expanda aun más y el empleo de teléfonos inteligentes para acceder a él se convierta en norma, será necesario un cambio de comportamiento, una nueva actitud ante el correo. De lo contrario, los siete pecados capitales identificados por nuestro estudio sólo se agravarán”.
Los siete
El estudio de palmOne identifica los siete pecados capitales más sufridos por los trabajadores que emplean correo electrónico:
1. PASARLO POR ALTO: la tendencia a no responder. Uno de cada diez encuestados se queja de recibir tantos correos que no tiene tiempo de responderlos todos. Más de una quinta parte de los encuestados residentes en España o Reino Unido teme volver a la oficina después de alguna ausencia a causa de la montaña de correo que sabe que les espera.
Con tanto correo, dejando aparte los que son inútiles o irrelevantes, no es de extrañar que la cuarta parte de los encuestados tenga que implorar una respuesta a más de la mitad de los correos que envían. La situación es particularmente grave en Italia donde el porcentaje de casos se dispara hasta el 70%.
2. NEGACIÓN: fingir no haber recibido un correo de alguien. Cuanto menos respondemos, más culpables nos sentimos. Uno de cada diez encuestados confiesa sentirse culpable en el trabajo por no haber respondido el correo. En el Reino Unido hasta un 11% de los encuestados recurrió a fingir no haber recibido un correo cuando se les pidió contestación.
3. SUPOSICIÓN: la mala costumbre de suponer que todo el mundo leyó un correo urgente. Demasiadas personas se limitan a enviar un correo (y a confiar en que fue recibido y leído) para comunicar información urgente. A un 27% de los encuestados les molesta que el correo importante se envíe sin ningún tipo de aviso especial adicional como una llamada telefónica.
4. PALABRERÍA: la tendencia a extenderse más de lo necesario. A los trabajadores les molesta también recibir páginas de texto que requieren una búsqueda de la información que les afecta. La tercera parte de los encuestados franceses destacó este hecho como especialmente irritante, y es el personal de mayor nivel de responsabilidad quien más lo sufre.
5. PARA TODOS: mandar el mismo correo a todo el mundo, incluso a las personas a las que no incumbe. Más de la cuarta parte de los encuestados se muestra frustrada por recibir mensajes que no le incumbe, un problema al que se enfrenta el 30% de los directores de alto nivel. Más de la tercera parte de los encuestados italianos sufre una bandeja de entrada llena a causa de estos correos irrelevantes.
6. DEJADEZ: los pecados de mala gramática y ortografía, argumentos inconexos y lenguaje confuso. El 81% de los encuestados tiene una opinión negativa de aquellos que envían mensajes mal escritos y con errores ortográficos y gramaticales. Este es particularmente el caso de Alemania, donde la tercera parte de los encuestados considera que los remitentes son dejados y descuidados. Y los jefes básicos y administradores de toda Europa deben ir con pies de plomo ya que los directores de alto nivel tienen una visión especialmente negativa de los correos mal escritos y dejados, un 41% ve en ellos una muestra de pereza e incluso de falta de respeto.
7. FALTA DE TACTO: no emplear el tono correcto. Enviar mensajes cortos y bruscos sin atender a los modales necesarios puede dañar una relación de forma no intencionada. Uno de cada diez encuestados, y hasta un 23% en Alemania, confesó haber tenido enfrentamientos con algún compañero o con terceros porque malinterpretaron lo que se decía.
Asimismo, palmOne elaboró una guía de actitud para hacer uso del correo electrónico de una manera más inteligente y productiva.
1. CONFIRME SIEMPRE LA RECEPCIÓN: asegúrese de contestar antes de 24 horas, aunque sea tan sólo para decir que ahora está ocupado y que contestará más adelante.
2. NO REHUYA EL ASUNTO: si no puede dar una respuesta satisfactoria inmediata, avise al remitente. No se ponga en la vergonzosa situación de tener que fingir no haber recibido un correo sólo porque no le prestó atención en su momento.
3. NO DE NADA POR SENTADO, LLAME: si su correo es urgente, avise de su envío mediante una llamada para hablar del tema, aclarar lo que se necesita hacer y fijar un plazo realista.
4. VAYA AL GRANO: decida por adelantado qué quiere decir exactamente y limite el número de elementos al mínimo posible. Cuanto más largo sea su mensaje, menos probabilidades hay de que lo lean.
5. PREGÚNTESE SI NECESITAN ESTAR TODOS COPIADOS: si tiene que enviar un correo a una lista de personas, incluya sólo a aquéllas a las que afecte directamente el asunto. Para acelerar las respuestas, escriba directamente a cada individuo afectado.
6. EN FORMALIDAD, PEQUE POR EXCESO: escribir un correo no debe ser excusa para saltarse la función "Revisión ortográfica" ni para usar un lenguaje taquigráfico o de la calle. Mantenga el respeto mutuo y escriba sus correos como si escribiera una carta. Compruebe siempre los errores antes de enviar el mensaje.
7. EVITE LOS JUICIOS PRECIPITADOS: algunos correos pueden resultar ofensivos a primera vista; pero al observarlos más detenidamente vemos que simplemente están mal escritos o con prisa. No responda nunca cuando esté enfadado o emocionalmente herido; no olvide que el correo se queda archivado y que su respuesta ofensiva o desconsiderada puede tener consecuencias.
Fuente: INFOBAE
El trabajo se realizó en decenas de oficinas en Europa, aunque sencillamente podría trazarse un paralelismo con lo que ocurre entre los mensajes entre amigos.
El estudio, elaborado por Dynamic Markets sobre 750 trabajadores de empresas en cinco países europeos (España, Reino Unido, Francia, Alemania e Italia) arroja entre sus conclusiones que el e-mail es fuente habitual de conflictos.
Según el trabajo, el 61% de los encuestados cree que los correos no respondidos retrasan las decisiones comerciales. Asimismo, los mensajes confusos o descuidados pueden dañar las relaciones y ser causa de enfrentamientos.
Por ejemplo, ante la ausencia de respuesta se “bombardea” con más mails para conseguirla, se mandan correos urgentes sin ninguna llamada de atención y se escriben otros con un exceso de palabrería y una mala redacción que provoca malentendidos y daña las relaciones.
En ese sentido, uno de cada diez encuestados tuvo enfrentamientos por los malos entendidos generados a raíz del tono de los mensajes. En el caso contrario, algunos admitieron que mintieron al decir que no habían recibido un correo.
Según François Bornibus, vicepresidente de palmOne EMEA, “se espera que para este año la media de correos electrónicos enviados cada día supere los 36.000 millones . El correo electrónico supone una revolución en nuestra forma de entender la comunicación y los negocios, pero cuando su uso se expanda aun más y el empleo de teléfonos inteligentes para acceder a él se convierta en norma, será necesario un cambio de comportamiento, una nueva actitud ante el correo. De lo contrario, los siete pecados capitales identificados por nuestro estudio sólo se agravarán”.
Los siete
El estudio de palmOne identifica los siete pecados capitales más sufridos por los trabajadores que emplean correo electrónico:
1. PASARLO POR ALTO: la tendencia a no responder. Uno de cada diez encuestados se queja de recibir tantos correos que no tiene tiempo de responderlos todos. Más de una quinta parte de los encuestados residentes en España o Reino Unido teme volver a la oficina después de alguna ausencia a causa de la montaña de correo que sabe que les espera.
Con tanto correo, dejando aparte los que son inútiles o irrelevantes, no es de extrañar que la cuarta parte de los encuestados tenga que implorar una respuesta a más de la mitad de los correos que envían. La situación es particularmente grave en Italia donde el porcentaje de casos se dispara hasta el 70%.
2. NEGACIÓN: fingir no haber recibido un correo de alguien. Cuanto menos respondemos, más culpables nos sentimos. Uno de cada diez encuestados confiesa sentirse culpable en el trabajo por no haber respondido el correo. En el Reino Unido hasta un 11% de los encuestados recurrió a fingir no haber recibido un correo cuando se les pidió contestación.
3. SUPOSICIÓN: la mala costumbre de suponer que todo el mundo leyó un correo urgente. Demasiadas personas se limitan a enviar un correo (y a confiar en que fue recibido y leído) para comunicar información urgente. A un 27% de los encuestados les molesta que el correo importante se envíe sin ningún tipo de aviso especial adicional como una llamada telefónica.
4. PALABRERÍA: la tendencia a extenderse más de lo necesario. A los trabajadores les molesta también recibir páginas de texto que requieren una búsqueda de la información que les afecta. La tercera parte de los encuestados franceses destacó este hecho como especialmente irritante, y es el personal de mayor nivel de responsabilidad quien más lo sufre.
5. PARA TODOS: mandar el mismo correo a todo el mundo, incluso a las personas a las que no incumbe. Más de la cuarta parte de los encuestados se muestra frustrada por recibir mensajes que no le incumbe, un problema al que se enfrenta el 30% de los directores de alto nivel. Más de la tercera parte de los encuestados italianos sufre una bandeja de entrada llena a causa de estos correos irrelevantes.
6. DEJADEZ: los pecados de mala gramática y ortografía, argumentos inconexos y lenguaje confuso. El 81% de los encuestados tiene una opinión negativa de aquellos que envían mensajes mal escritos y con errores ortográficos y gramaticales. Este es particularmente el caso de Alemania, donde la tercera parte de los encuestados considera que los remitentes son dejados y descuidados. Y los jefes básicos y administradores de toda Europa deben ir con pies de plomo ya que los directores de alto nivel tienen una visión especialmente negativa de los correos mal escritos y dejados, un 41% ve en ellos una muestra de pereza e incluso de falta de respeto.
7. FALTA DE TACTO: no emplear el tono correcto. Enviar mensajes cortos y bruscos sin atender a los modales necesarios puede dañar una relación de forma no intencionada. Uno de cada diez encuestados, y hasta un 23% en Alemania, confesó haber tenido enfrentamientos con algún compañero o con terceros porque malinterpretaron lo que se decía.
Asimismo, palmOne elaboró una guía de actitud para hacer uso del correo electrónico de una manera más inteligente y productiva.
1. CONFIRME SIEMPRE LA RECEPCIÓN: asegúrese de contestar antes de 24 horas, aunque sea tan sólo para decir que ahora está ocupado y que contestará más adelante.
2. NO REHUYA EL ASUNTO: si no puede dar una respuesta satisfactoria inmediata, avise al remitente. No se ponga en la vergonzosa situación de tener que fingir no haber recibido un correo sólo porque no le prestó atención en su momento.
3. NO DE NADA POR SENTADO, LLAME: si su correo es urgente, avise de su envío mediante una llamada para hablar del tema, aclarar lo que se necesita hacer y fijar un plazo realista.
4. VAYA AL GRANO: decida por adelantado qué quiere decir exactamente y limite el número de elementos al mínimo posible. Cuanto más largo sea su mensaje, menos probabilidades hay de que lo lean.
5. PREGÚNTESE SI NECESITAN ESTAR TODOS COPIADOS: si tiene que enviar un correo a una lista de personas, incluya sólo a aquéllas a las que afecte directamente el asunto. Para acelerar las respuestas, escriba directamente a cada individuo afectado.
6. EN FORMALIDAD, PEQUE POR EXCESO: escribir un correo no debe ser excusa para saltarse la función "Revisión ortográfica" ni para usar un lenguaje taquigráfico o de la calle. Mantenga el respeto mutuo y escriba sus correos como si escribiera una carta. Compruebe siempre los errores antes de enviar el mensaje.
7. EVITE LOS JUICIOS PRECIPITADOS: algunos correos pueden resultar ofensivos a primera vista; pero al observarlos más detenidamente vemos que simplemente están mal escritos o con prisa. No responda nunca cuando esté enfadado o emocionalmente herido; no olvide que el correo se queda archivado y que su respuesta ofensiva o desconsiderada puede tener consecuencias.
Fuente: INFOBAE
Diarios de nuestra patagonia
17.2.05
Todos los diarios de la Patagonia Argentina en una sóla página:
http://www.patagoniawouk.com.ar/sitios/periodicos.htm
http://www.patagoniawouk.com.ar/sitios/periodicos.htm
Diarios Patagónicos actualizados
15.2.05
Santa Cruz
Opinion Austral
El Santacruceño
Prensa Santa Cruz
Tierra del Fuego
El Sureño
Provincia 23
Diario Sur Hoy
Tiempo Fueguino
Chubut
Cronica Comodoro
Diario El Chubut
El Patagónico
Si conocen alguna otra dire escriban:
pavel.arriagada@gmail.com
Opinion Austral
El Santacruceño
Prensa Santa Cruz
Tierra del Fuego
El Sureño
Provincia 23
Diario Sur Hoy
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Chubut
Cronica Comodoro
Diario El Chubut
El Patagónico
Si conocen alguna otra dire escriban:
pavel.arriagada@gmail.com
El fracaso es un modo de vida
8.2.05
Por Alejandro Rozitchner
Para LA NACION
Hay satisfacción en el no poder, aunque no lo parezca, aunque lógicamente pueda resultar contradictorio.
Es una militancia narcisista la del fracaso y el dolor como verdad delmundo, la de la imposibilidad, la carencia, la marginalidad, el endiosamiento del caído y su desgracia. Actúa sordamente en la profundidad de nuestras personalidades, en algunas más y en otras menos, como una estrategia de frustración meritoria.
Es un estado de gracia, esa vida que se desperdicia, al punto de que, en muchos casos (no todos), se prefiera realizar el gesto de rechazo del camino mundano de la felicidad posible para volver a afirmar una vez más el valor profundo de la frustración y de la pobreza.
El fracaso es un modo de vida virtuoso, que paga por medio de una poética de la desazón, del nihilismo, del escepticismo, del supuesto atrevimiento de ver una verdad nefasta, cuando esa verdad no es más que un maquillaje de la impotencia elegida como camino al cielo.
El fracaso es una modalidad social emparentada con religiones que han construido una estructura de sentido basada en el rechazo de la sensualidad, del cuerpo y de la vida real, en la desvalorización de las energías vibrantes que pueblan el mundo problemático y desbordante que es nuestra definitiva realidad. De esta forma, se ha preferido fabricar formatos de inmolación de fácil acceso, automáticos, cotidianos, a veces mínimos, formas accesibles para eludir el trabajo de ser y resultar así imbuido por una variante moderna y progresista de la santidad.
El fracaso puede ser visto como una militancia narcisista porque sucede en un sujeto que no quiere deshacerse en el logro, que prefiere señalarse en forma constante a sí mismo como núcleo de imposibilidad, como aquel que merecía mucho pero fue abandonado, arruinado por la suerte y dañado por otros. Si lograra algo, dejaría de serle posible la permanente autorreferencia, estaría señalando al mundo, apuntando para afuera cuando su interior vacío reclama el truco de postular universalmente la nada. La única garantía de permanecer fijado en la imagen propia es no desdibujarla con ninguna efectividad: eliminando la aparición de esos hechos que, por logrados, te suplantan; juegos armados que funcionan más allá de su generador; riqueza dada a luz y puesta en el mundo que llama la atención y pide mirar a una cosa que es ahora externa.
El fracaso es una norma, una ética, un manual de actitudes pasivas para ontrarrestar el crecimiento de las acciones que inevitablemente surgen del deseo afirmado y querido. El fracaso es una orientación, un sentido para la vida, un orden, un cobijo, una manera de hacerse un lugar en medio de otros a los que no se inquieta con los deseos propios en movimiento. El fracaso arma una cofradía, una hermandad en la decepción, gran aglutinante, cemento de quietudes conjugadas que destilan la droga del resentimiento y se la aplican en forma recíproca. El fracaso es una forma de postergarse hasta el paroxismo y de disfrutar del ilimitado campo de lo que pudo haber sido pero no fue, frente al cual todo ser determinado es poco, todo logro una minucia -todo amor realizado un sucedáneo del amor imaginado y potencial, del amor
lindo de las relaciones fracasadas-, dado el tamaño de un deseo que no necesitó nunca probarse para dar lugar a un sentido. Sentido de nada, pero sentido grande, inmenso, cielo encapotado para una muerte en vida que suena a demostración de soberanía y voluntad de no transar.
El fracaso es un juego comunitario, el desafío a toda propuesta activa a mostrar su ambición con la esperanza de poder neutralizarla. Es el arte de una comunidad que prefiere la pureza inteligente de la abstinencia al error implícito en el movimiento, comunidad aguerrida en sus expresiones que después elige quedarse quieta pretextando una lucidez extrema.
El fracaso es un modo de ofrecerse en el altar de la historia, de decirles a nuestros mayores que tenían razón, que se queden tranquilos, que si ellos no lo lograron tampoco nosotros lo lograremos, que su límite era inexpugnable y que prolongaremos con nuestra incapacidad la que ellos cultivaron y padecieron. Porque la incapacidad se cultiva, se talla, esmeradamente, con paciencia, trocito a trocito, para no resaltar ni mostrarnos demasiado poderosos, felices, solventes. Para evitar ese atrevimiento de buscar y acceder al logro: ¿cómo, destacándose en un universo de estropeados, quién te creés que sos, vos, justo vos, para avanzar como si fuera posible hacerlo, para creerte valioso y capaz, para querer vivir más de lo que otros pueden o quieren vivir? La alineación con la imposibilidad no es el
cumplimiento de un compromiso moral; es, simplemente, la ampliación del fenómeno de la pobreza, el ejercicio de la desertificación social presentado engañosamente como aporte.
El enemigo somos nosotros, estas formas de vida, estas costumbres que no queremos mirar a la cara. Es de la transformación de estos sentidos básicos de los que nuestra vida nacional está aún demasiado llena; de donde puede tomar fuerza un país menos volcado a la pobreza, la esterilidad y la frustración.
Nuestra moral de rechazo al éxito, por considerarlo superficial, frívolo, egoísta, inválido, es el fondo sobre el cual sacrificamos mil posibilidades.
Si queremos cambiar la historia, desarrollar el país, aprovechar la coyuntura actual, promover la maduración sin la cual todo crecimiento es sólo un impulso de existencia limitada, tenemos que trabajar en este trasfondo moral equívoco, desactivar el mecanismo que, sin que nos demos cuenta, nos convoca a la idolatría del desengaño.
¿Es posible? Claro que lo es, sobre todo si en vez de apuntar a la solución final, a la eliminación de todo lo problemático, entendemos y aceptamos que todo logro es parcial, y que dentro de ese universo de parcialidades hay, sin embargo, mucho por ganar.
El autor es filósofo y escritor.
Para LA NACION
Hay satisfacción en el no poder, aunque no lo parezca, aunque lógicamente pueda resultar contradictorio.
Es una militancia narcisista la del fracaso y el dolor como verdad delmundo, la de la imposibilidad, la carencia, la marginalidad, el endiosamiento del caído y su desgracia. Actúa sordamente en la profundidad de nuestras personalidades, en algunas más y en otras menos, como una estrategia de frustración meritoria.
Es un estado de gracia, esa vida que se desperdicia, al punto de que, en muchos casos (no todos), se prefiera realizar el gesto de rechazo del camino mundano de la felicidad posible para volver a afirmar una vez más el valor profundo de la frustración y de la pobreza.
El fracaso es un modo de vida virtuoso, que paga por medio de una poética de la desazón, del nihilismo, del escepticismo, del supuesto atrevimiento de ver una verdad nefasta, cuando esa verdad no es más que un maquillaje de la impotencia elegida como camino al cielo.
El fracaso es una modalidad social emparentada con religiones que han construido una estructura de sentido basada en el rechazo de la sensualidad, del cuerpo y de la vida real, en la desvalorización de las energías vibrantes que pueblan el mundo problemático y desbordante que es nuestra definitiva realidad. De esta forma, se ha preferido fabricar formatos de inmolación de fácil acceso, automáticos, cotidianos, a veces mínimos, formas accesibles para eludir el trabajo de ser y resultar así imbuido por una variante moderna y progresista de la santidad.
El fracaso puede ser visto como una militancia narcisista porque sucede en un sujeto que no quiere deshacerse en el logro, que prefiere señalarse en forma constante a sí mismo como núcleo de imposibilidad, como aquel que merecía mucho pero fue abandonado, arruinado por la suerte y dañado por otros. Si lograra algo, dejaría de serle posible la permanente autorreferencia, estaría señalando al mundo, apuntando para afuera cuando su interior vacío reclama el truco de postular universalmente la nada. La única garantía de permanecer fijado en la imagen propia es no desdibujarla con ninguna efectividad: eliminando la aparición de esos hechos que, por logrados, te suplantan; juegos armados que funcionan más allá de su generador; riqueza dada a luz y puesta en el mundo que llama la atención y pide mirar a una cosa que es ahora externa.
El fracaso es una norma, una ética, un manual de actitudes pasivas para ontrarrestar el crecimiento de las acciones que inevitablemente surgen del deseo afirmado y querido. El fracaso es una orientación, un sentido para la vida, un orden, un cobijo, una manera de hacerse un lugar en medio de otros a los que no se inquieta con los deseos propios en movimiento. El fracaso arma una cofradía, una hermandad en la decepción, gran aglutinante, cemento de quietudes conjugadas que destilan la droga del resentimiento y se la aplican en forma recíproca. El fracaso es una forma de postergarse hasta el paroxismo y de disfrutar del ilimitado campo de lo que pudo haber sido pero no fue, frente al cual todo ser determinado es poco, todo logro una minucia -todo amor realizado un sucedáneo del amor imaginado y potencial, del amor
lindo de las relaciones fracasadas-, dado el tamaño de un deseo que no necesitó nunca probarse para dar lugar a un sentido. Sentido de nada, pero sentido grande, inmenso, cielo encapotado para una muerte en vida que suena a demostración de soberanía y voluntad de no transar.
El fracaso es un juego comunitario, el desafío a toda propuesta activa a mostrar su ambición con la esperanza de poder neutralizarla. Es el arte de una comunidad que prefiere la pureza inteligente de la abstinencia al error implícito en el movimiento, comunidad aguerrida en sus expresiones que después elige quedarse quieta pretextando una lucidez extrema.
El fracaso es un modo de ofrecerse en el altar de la historia, de decirles a nuestros mayores que tenían razón, que se queden tranquilos, que si ellos no lo lograron tampoco nosotros lo lograremos, que su límite era inexpugnable y que prolongaremos con nuestra incapacidad la que ellos cultivaron y padecieron. Porque la incapacidad se cultiva, se talla, esmeradamente, con paciencia, trocito a trocito, para no resaltar ni mostrarnos demasiado poderosos, felices, solventes. Para evitar ese atrevimiento de buscar y acceder al logro: ¿cómo, destacándose en un universo de estropeados, quién te creés que sos, vos, justo vos, para avanzar como si fuera posible hacerlo, para creerte valioso y capaz, para querer vivir más de lo que otros pueden o quieren vivir? La alineación con la imposibilidad no es el
cumplimiento de un compromiso moral; es, simplemente, la ampliación del fenómeno de la pobreza, el ejercicio de la desertificación social presentado engañosamente como aporte.
El enemigo somos nosotros, estas formas de vida, estas costumbres que no queremos mirar a la cara. Es de la transformación de estos sentidos básicos de los que nuestra vida nacional está aún demasiado llena; de donde puede tomar fuerza un país menos volcado a la pobreza, la esterilidad y la frustración.
Nuestra moral de rechazo al éxito, por considerarlo superficial, frívolo, egoísta, inválido, es el fondo sobre el cual sacrificamos mil posibilidades.
Si queremos cambiar la historia, desarrollar el país, aprovechar la coyuntura actual, promover la maduración sin la cual todo crecimiento es sólo un impulso de existencia limitada, tenemos que trabajar en este trasfondo moral equívoco, desactivar el mecanismo que, sin que nos demos cuenta, nos convoca a la idolatría del desengaño.
¿Es posible? Claro que lo es, sobre todo si en vez de apuntar a la solución final, a la eliminación de todo lo problemático, entendemos y aceptamos que todo logro es parcial, y que dentro de ese universo de parcialidades hay, sin embargo, mucho por ganar.
El autor es filósofo y escritor.
Candidato a presidente envenenado
15.12.04
El candidato opositor a la presidencia de Ucrania, Viktor Yushchenko, fue envenenado con dioxina administrada probablemente de forma deliberada por una “tercera persona”, afirmaron el sábado en Viena los médicos que lo atienden.
Las dioxinas son sustancias que pueden tener efectos múltiples a largo plazo sobre la salud humana, según los expertos. El cloracné, una enfermedad de la piel, es el síntoma más frecuente de la TCDD (tetraclorodibenzo-p-dioxina), la molécula más tóxica de todas, y la toxicidad del resto de dioxinas se mide comparativamente con la de la TCDD.
Pero las dioxinas también pueden provocar varias enfermedades crónicas, incluyendo cardiovasculares y degeneración hepática. La dioxina se acumula en los tejidos grasos de los animales y todos los estudios realizados con animales han revelado que la dioxina es cancerígena. Es una sustancia muy poderosa y de efecto residual a largo plazo.
Para que el organismo elimine la mitad de la dioxina ingerida se necesitan al menos siete años. Los investigadores todavía están tratando de determinar si la dioxina está asociada en el hombre a problemas reproductivos y deficiencias del sistema inmunológico.
La dioxina pertenece a una familia de sustancias químicas de propiedades y toxicidad similares. Existen 75 tipos de dioxinas o dibenzodioxinas policloradas, 135 furanos o dibenzofuranos policlorados y 209 bifenilos policlorados.
Las dioxinas se encuentran en todas las áreas donde haya actividad industrial, tanto en el suelo, el agua y el aire como en los alimentos. En general, el riesgo de contaminación por inhalación y contacto dérmico es sumamente bajo.
La dioxina es un compuesto orgánico incoloro e inodoro. Es un subproducto espontáneo de fenómenos y desastres naturales como la actividad volcánica y los incendios forestales, así como de la actividad del hombre (industria, incineración, blanqueado de pulpa de papel y emanaciones de gases de escape).
“No hay duda de que su trastorno fue causado por un envenenamiento con dioxina por ingestión oral”, declaró el doctor Michael Zimpfer, médico jefe de la clínica Rudolfinerhaus de Viena, en la que ingresó Yushchenko el viernes por la noche.
Los médicos basaron su “diagnóstico final” en “observaciones clínicas, cambios cutáneos, análisis de sangre y hallazgos histológicos”, añadió.
Este diagnóstico se realizó gracias a los exámenes completos efectuados durante la noche del viernes y a los análisis practicados la semana pasada en al menos dos laboratorios de Europa occidental.
Yushchenko es favorito para ganar la presidencia ucraniana ante su rival, el primer ministro Viktor Yanukovich en una nueva segunda vuelta que se realizará el 26 de diciembre, después que la Corte Suprema anuló los comicios del 21 de septiembre por denuncias de fraude que suscitaron una masiva movilización ciudadana.
El estado general de Yushchenko “ha mejorado mucho”, añadieron los médicos. “El paciente está en condiciones de trabajar y su enfermedad no es contagiosa”, dijo el doctor Nikolai Korpan.
Durante la noche, el equipo médico examinó de nuevo el funcionamiento de todos los órganos para diagnosticar el misterioso mal que padece Yutchenko desde septiembre.
Los médicos comprobaron el tamaño y el funcionamiento de todos los órganos del enfermo, reexaminaron su sangre y buscaron las posibles causas de un envenenamiento.
En cuanto al acné clórico que ha deformado su rostro, los médicos afirmaron que esa afección cutánea caracterizada por quistes amarillos y granos no inflamatorios “tardará en sanar teniendo en cuenta la importancia de los síntomas”.Este acné suele ser causado por el contacto de un tóxico con la piel, pero también puede originarlo su ingestión o inhalación.
Yushchenko, de 50 años, favorito en las encuestas, enfermó repentinamente en septiembre y permaneció hospitalizado más de una semana en Viena con dolores abdominales y lesiones en el rostro y el torso.
Al regresar a Kiev, dijo haber sido víctima de un intento de asesinato, una acusación que reiteró el viernes, pero que no se había demostrado médicamente hasta ahora.
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