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"La soja se puede mantener un año o más sin venderse" , Luis Miguel Etchevehere, Presidente de la Sociedad Rural
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Te quiero pero te dejo
14.2.11
Lo que Mao no logró por la fuerza: destruir la familia como célula básica de la sociedad china, se está haciendo realidad gracias al gran atractivo del dinero.
Decenas de millones de niños de áreas rurales en China son criados por sus abuelos o viven en centros para menores. Sus padres abandonaron el campo para buscar en la ciudad una vida mejor.
Wang Tingting es uno de las decenas de millones de niños de áreas rurales chinas que están creciendo sin sus padres, quienes se han mudado a las ciudades para ganarse una mejor vida. Algunos de esos chicos quedan al cuidado de sus abuelos; otros son entregados a centros de crianza de menores. Hace tres años, cuando ella estaba por comenzar la escuela primaria, sus padres la trasladaron de la casa de sus abuelos a uno de esos centros en Gufeng, una alejada aldea en la provincia de Anhui, en el este del país. Esa institución, por la que ya pasaron 1.000 niños, hoy alberga a ochenta repartidos en dormitorios de entre seis y ocho camas.
Nadie aquí considera eso algo extraño: menos de la mitad de los chicos de Gufeng viven con su familia directa, una situación que se repite en varias provincias de la tan poblada mitad sur de China.
El gobierno del gigante oriental estima que hay 58 millones de "niños olvidados", que representan casi el 20% de toda la población de menores que vive en China, y cerca de la mitad de los que viven en el campo. Sus vidas ilustran el precio que está pagando el país por construir "una sociedad moderadamente pudiente", el objetivo que se impuso el presidente Hu Jintao.
Bajo el régimen de Mao Zedong, incontables familias fueron separadas. Mao envió millones de padres a campos de trabajo forzoso, alejándolos de sus hijos; obligó a las familias a abandonar la cocina de sus hogares y a comer en puestos comunitarios. Aún así, Mao no logró destruir la familia como célula básica de la sociedad china.
Hoy, lo que el dictador no pudo conseguir a la fuerza se está produciendo gracias al gran atractivo del dinero. Hace 33 años que el partido comunista se embarcó en una reforma económica, bajo la conducción del "líder supremo" Deng Xiaoping, y ahora son cada vez más los chinos que eligen vivir en forma permanente alejados de sus hijos, en su búsqueda de una mejor calidad de vida.
Este es un experimento social a una escala sin precedentes. El profesor Ye Jingzhong, socialista de la Universidad Agrícola de China condujo un extenso estudio sobre las consecuencias. "El fenómeno de los trabajadores que migran provocó la separación de familias en otros países, especialmente en las Filipinas, pero a una escala muy inferior", explicó. "Nosotros tenemos que reconocer que nuestro modelo de desarrollo está demasiado enfocado en el crecimiento del PBI, y esa es la desgracia".
China acaba de celebrar el año nuevo lunar, su mayor fiesta, donde se supone que las familias se reúnen. Las ciudades y las aldeas como Gufeng donde nació Tingting, recibieron a los que emigraron para trabajar. Durante la mayor parte del año, el 80% de la población activa de Gufeng está ausente, la mayoría se encuentra a a 400 km en Shanghai o Zhejiang, una rica provincia costera ubicada un poco más al sur. Otros trabajan en Hefei, la capital de la provincia, a tres horas en ómnibus.
Para muchos padres, ubicar a sus hijos en un lugar que indudablemente se parece a un orfanato no fue una decisión nacida de la dejadez; era la mejor opción que tenían.
Zhang Zhongtao, de 47 años, dejó su hogar en Gufeng para trabajar en Shanghai. Su hijo de 15 años, Li Guangyao, se encontró con ella para el Año Nuevo chino. Al igual que Wang Tingting, Guangyao vive en un hogar de niños de Wang Zhi. "No todo es negativo para los chicos que quedan olvidados, ellos aprenden antes a ser independientes, y eso es bueno", señaló Deng Li, directora de la Federación de Mujeres de todo China, que conduce un grupo de trabajo estatal sobre estos niños que viven alejados de sus familias. "Pero no se puede negar que ellos sufren. Esos niños tienden a tener dificultades para abrirse emocionalmente. Corren un mayor riesgo de lastimarse, por la falta de supervisión, y de participar de actividades ilegales cuando llegan a la adolescencia".
Y el gobierno estima que la cantidad de pequeños que son abandonados por sus padres seguirá creciendo para luego empezar a descender. "Esta es una etapa de desarrollo de China", comentó Li. La mayoría de los habitantes vive en las provincias de Sichuan, Anhui, Henan, Hunan y Jiangxi, que son las más pobladas. El gobierno calcula que los patrones migratorios cambiarán a medida que el desarrollo económico vaya más allá de la costa y que el interior del país reciba más industrialización y urbanización. "Habrá más puestos de empleo en algunas de esas cinco provincias, por lo que la gente comenzará a migrar desde las provincias aún más pobres y remotas," señaló Li. Como resultado de eso, "quizás en algunos lugares haya menos chicos abandonados y en otros, habrá más.
Los proyectos de beneficencia apuntados a apoyar a los niños están incrementándose en muchas partes del país. El centro de acogida de Wang Zhi en Gufeng recibió donaciones provenientes de gobiernos locales y directivos de empresas. "Estos chicos no necesitan sólo cosas materiales, también deben aprender", comentó Zhi.
Pero si bien tal apoyo como el de Wang Zhi es vital, es una gota en el océano. "Preocuparse está bien, pero están tratando los síntomas sin atacar la causa del problema", comentó Ye Jingzhong. Él no pudo ocultar su enojo cuando acusó a Beijing de tener pocas políticas para abordar el problema. También lamenta la falta de consenso en relación a su importancia. "¿Es realmente necesario hablar del significado de la familia en la crianza de un ser humano?", se preguntó.
Los académicos, al igual que los funcionarios del gobierno, concuerdan en que la razón por la que tantos trabajadores dejan a sus hijos es que es casi imposible criarlos en la ciudad. Además del imperativo financiero de buscar trabajo, existen restricciones en la inscripción de las familias chinas en los sistemas de educación y salud que en definitiva determinan cuál es el mejor lugar para criar un hijo.
La familia de Guangyao, al igual que los padres de Tingting, insiste en que no tenía otra opción más que separarse de su hijo. "Solíamos cultivar arroz, pero el ingreso no era suficiente para mantener un hijo", explicó Zhang, que trabaja en Shanghai como empleado de limpieza en Cash Box, una cadena de karaoke. Su esposo, Li Xiaolong, es cajero de un estacionamiento. Sus salarios les alcanza sólo para cubrir los 1.000 yuanes (u$s 150) que sale el alquiler mensual de su vivienda y los 10.000 yuanes anuales que necesitan para la educación de Guangyao. Por Kathrin Hille
Decenas de millones de niños de áreas rurales en China son criados por sus abuelos o viven en centros para menores. Sus padres abandonaron el campo para buscar en la ciudad una vida mejor.

La última vez que Wang Tingting vio a sus padres fue hace casi dos años pero ahora que se reencontraron, ninguno sabe qué decirse.
Finalmente, Su Taoying, la madre de Tingting, dio una palmadita sobre la mano de su hija de 12 años y con pesar le expresó: "la próxima vez que te vea, serás más alta que yo." Mientras sonríen, es sorprendente cómo se parecen a una familia. Y, sin embargo, durante los últimos cinco años en realidad no lo han sido.
Wang Tingting es uno de las decenas de millones de niños de áreas rurales chinas que están creciendo sin sus padres, quienes se han mudado a las ciudades para ganarse una mejor vida. Algunos de esos chicos quedan al cuidado de sus abuelos; otros son entregados a centros de crianza de menores. Hace tres años, cuando ella estaba por comenzar la escuela primaria, sus padres la trasladaron de la casa de sus abuelos a uno de esos centros en Gufeng, una alejada aldea en la provincia de Anhui, en el este del país. Esa institución, por la que ya pasaron 1.000 niños, hoy alberga a ochenta repartidos en dormitorios de entre seis y ocho camas.
Nadie aquí considera eso algo extraño: menos de la mitad de los chicos de Gufeng viven con su familia directa, una situación que se repite en varias provincias de la tan poblada mitad sur de China.
El gobierno del gigante oriental estima que hay 58 millones de "niños olvidados", que representan casi el 20% de toda la población de menores que vive en China, y cerca de la mitad de los que viven en el campo. Sus vidas ilustran el precio que está pagando el país por construir "una sociedad moderadamente pudiente", el objetivo que se impuso el presidente Hu Jintao.
Bajo el régimen de Mao Zedong, incontables familias fueron separadas. Mao envió millones de padres a campos de trabajo forzoso, alejándolos de sus hijos; obligó a las familias a abandonar la cocina de sus hogares y a comer en puestos comunitarios. Aún así, Mao no logró destruir la familia como célula básica de la sociedad china.
Hoy, lo que el dictador no pudo conseguir a la fuerza se está produciendo gracias al gran atractivo del dinero. Hace 33 años que el partido comunista se embarcó en una reforma económica, bajo la conducción del "líder supremo" Deng Xiaoping, y ahora son cada vez más los chinos que eligen vivir en forma permanente alejados de sus hijos, en su búsqueda de una mejor calidad de vida.
Este es un experimento social a una escala sin precedentes. El profesor Ye Jingzhong, socialista de la Universidad Agrícola de China condujo un extenso estudio sobre las consecuencias. "El fenómeno de los trabajadores que migran provocó la separación de familias en otros países, especialmente en las Filipinas, pero a una escala muy inferior", explicó. "Nosotros tenemos que reconocer que nuestro modelo de desarrollo está demasiado enfocado en el crecimiento del PBI, y esa es la desgracia".
China acaba de celebrar el año nuevo lunar, su mayor fiesta, donde se supone que las familias se reúnen. Las ciudades y las aldeas como Gufeng donde nació Tingting, recibieron a los que emigraron para trabajar. Durante la mayor parte del año, el 80% de la población activa de Gufeng está ausente, la mayoría se encuentra a a 400 km en Shanghai o Zhejiang, una rica provincia costera ubicada un poco más al sur. Otros trabajan en Hefei, la capital de la provincia, a tres horas en ómnibus.
Para muchos padres, ubicar a sus hijos en un lugar que indudablemente se parece a un orfanato no fue una decisión nacida de la dejadez; era la mejor opción que tenían.
Zhang Zhongtao, de 47 años, dejó su hogar en Gufeng para trabajar en Shanghai. Su hijo de 15 años, Li Guangyao, se encontró con ella para el Año Nuevo chino. Al igual que Wang Tingting, Guangyao vive en un hogar de niños de Wang Zhi. "No todo es negativo para los chicos que quedan olvidados, ellos aprenden antes a ser independientes, y eso es bueno", señaló Deng Li, directora de la Federación de Mujeres de todo China, que conduce un grupo de trabajo estatal sobre estos niños que viven alejados de sus familias. "Pero no se puede negar que ellos sufren. Esos niños tienden a tener dificultades para abrirse emocionalmente. Corren un mayor riesgo de lastimarse, por la falta de supervisión, y de participar de actividades ilegales cuando llegan a la adolescencia".
Y el gobierno estima que la cantidad de pequeños que son abandonados por sus padres seguirá creciendo para luego empezar a descender. "Esta es una etapa de desarrollo de China", comentó Li. La mayoría de los habitantes vive en las provincias de Sichuan, Anhui, Henan, Hunan y Jiangxi, que son las más pobladas. El gobierno calcula que los patrones migratorios cambiarán a medida que el desarrollo económico vaya más allá de la costa y que el interior del país reciba más industrialización y urbanización. "Habrá más puestos de empleo en algunas de esas cinco provincias, por lo que la gente comenzará a migrar desde las provincias aún más pobres y remotas," señaló Li. Como resultado de eso, "quizás en algunos lugares haya menos chicos abandonados y en otros, habrá más.
Los proyectos de beneficencia apuntados a apoyar a los niños están incrementándose en muchas partes del país. El centro de acogida de Wang Zhi en Gufeng recibió donaciones provenientes de gobiernos locales y directivos de empresas. "Estos chicos no necesitan sólo cosas materiales, también deben aprender", comentó Zhi.
Pero si bien tal apoyo como el de Wang Zhi es vital, es una gota en el océano. "Preocuparse está bien, pero están tratando los síntomas sin atacar la causa del problema", comentó Ye Jingzhong. Él no pudo ocultar su enojo cuando acusó a Beijing de tener pocas políticas para abordar el problema. También lamenta la falta de consenso en relación a su importancia. "¿Es realmente necesario hablar del significado de la familia en la crianza de un ser humano?", se preguntó.
Los académicos, al igual que los funcionarios del gobierno, concuerdan en que la razón por la que tantos trabajadores dejan a sus hijos es que es casi imposible criarlos en la ciudad. Además del imperativo financiero de buscar trabajo, existen restricciones en la inscripción de las familias chinas en los sistemas de educación y salud que en definitiva determinan cuál es el mejor lugar para criar un hijo.
La familia de Guangyao, al igual que los padres de Tingting, insiste en que no tenía otra opción más que separarse de su hijo. "Solíamos cultivar arroz, pero el ingreso no era suficiente para mantener un hijo", explicó Zhang, que trabaja en Shanghai como empleado de limpieza en Cash Box, una cadena de karaoke. Su esposo, Li Xiaolong, es cajero de un estacionamiento. Sus salarios les alcanza sólo para cubrir los 1.000 yuanes (u$s 150) que sale el alquiler mensual de su vivienda y los 10.000 yuanes anuales que necesitan para la educación de Guangyao.
Empleo rural, un manual de la explotación
11.2.11
Casi el 70 por ciento de los trabajadores rurales está en negro, cobra menos que el salario mínimo, trabaja de forma transitoria y en malas condiciones de seguridad e higiene.

Los nichos de trabajo esclavo o “no libre” recientemente descubiertos componen un universo muy preocupante, pero la mayoría de los trabajadores rurales no se de-sempeña en esas condiciones infrahumanas y, sin embargo, está muy lejos de los derechos laborales alcanzados por buena parte del asalariado industrial.
Cerca del 70 por ciento del total de los trabajadores rurales está “en negro”, y de la minoría de registrados una relevante porción cobra por debajo del salario mínimo que establece la ley, trabaja de forma transitoria y en malas condiciones de seguridad e higiene.
Hugo Luis Biolcati, presidente de la Sociedad Rural, parecía desconocer esta situación cuando hace unos días indicó que “el salario mínimo del campo supera ampliamente al mínimo, vital y móvil. Y se le suma comida y vivienda”. El empresario generalizó la situación de una ínfima porción de los trabajadores rurales que son los registrados, permanentes y calificados de la región pampeana, un conjunto para nada representativo. Los factores que explican la precariedad laboral en el sector son la debilidad de la acción sindical, el aumento en la proporción de trabajadores transitorios, la vulnerabilidad de los hogares rurales y un escenario de difícil fiscalización.
Las fuentes de precariedad laboral más usuales son la inestabilidad, desprotección social, remuneraciones por debajo del salario mínimo vital y móvil y sistema de pago a destajo, junto con malas condiciones de seguridad e higiene. Para tener una idea de la precariedad salarial del sector, en el tercer trimestre de 2010 el Indec observó que el salario para únicamente los trabajadores en blanco fue de 2004 pesos, apenas por encima de los 1740 en que estaba el salario mínimo en ese momento. Sin embargo, el dato sólo toma en cuenta esos tres meses del año y, siendo temporarios la mitad de los trabajadores rurales, el promedio anual es mucho más bajo. Pero, además, hay una fuerte heterogeneidad entre el promedio salarial en los cultivos de cereales y oleaginosas (en general radicados en la región pampeana), de alrededor de 2347 pesos según el organismo oficial, y las hortalizas (1595 pesos), frutas (1719 pesos) y cultivos industriales (1591 pesos), que se ubican fuera de la zona núcleo. Y, de nuevo, esto tomando sólo los datos de los trabajadores en blanco.
La informalidad
“Los factores que explican los problemas de informalidad laboral y, en forma más general de calidad de empleo, son varios. En el plano colectivo, la debilidad de la acción sindical, y desde un costado más micro, cabe resaltar la vulnerabilidad de los hogares de los trabajadores y la incapacidad resultante para disputar ingresos y condiciones de trabajo, ya que no es nada fácil rechazar un empleo en ese contexto. Además, son escenarios muy difíciles de fiscalizar, porque los agentes llegan a la tranquera y el patrón ordena que se vaya la mitad de los trabajadores y queden sólo los que están en blanco”, explicó a Página/12 Germán Quaranta, autor del trabajo “Restructuración y dinámica de los mercados de trabajo agrarios en la Argentina” junto a Francisco Fabio, ambos investigadores del área de empleo y desarrollo rural del Ceil-Piette/Conicet.
Otro punto sensible es la legislación laboral que se aplica sobre el sector, donde rige la ley de 1980, con la firma de Jorge Rafael Videla. “La ley de la dictadura deja afuera a los trabajadores agrarios de la Ley de Contrato de Trabajo y creó el Registro de los Trabajadores Rurales (Renatre), compuesto por las cuatro entidades y el gremio Uatre. El Renatre debería regular las condiciones de trabajo en el sector, pero en cambio el vínculo entre el sindicato y la patronal ha incubado e incentivado la situación que tenemos en la actualidad”, indicó a este diario el secretario general de la Asociación de Trabajadores Horticultores y Floricultores, Ernesto Ojeda.
En junio del año pasado, el Gobierno presentó en el Congreso una nueva ley de trabajo rural, que propone que el Renatre pase a la órbita del Ministerio de Trabajo, donde también participarían los representantes del sector. “Vuelve a poner la tarea de registración en manos del Estado, de donde nunca debió salir”, agregó Ojeda. Tanto la Mesa de Enlace como el gremio de los peones rurales, Uatre, rechazaron la iniciativa. Ya en 2008, la Mesa de Enlace se había negado a convalidar la jornada laboral de ocho horas.
El trabajo transitorio
Una situación relevante que está vinculada con la informalidad y también con el trabajo registrado pero muy precario es la de los trabajadores temporarios, que representan la mitad de todo el universo de trabajadores rurales. Estos empleados ven especialmente limitada su capacidad de organización gremial y su número se ha incrementado en forma relativa en los últimos años, a partir de los nuevos paquetes tecnológicos y cambios de formas organizacionales de las empresas.Por ejemplo, en la región pampeana la siembra directa redujo en un 30 por ciento la demanda de mano de obra respecto de las tecnologías previas. “Los cultivos de soja, trigo y maíz, dados los actuales procesos, presentan en su etapa primaria requerimientos casi insignificantes de mano de obra”, advierten Quaranta y Fabio. También ponen como ejemplo el caso del algodón en el Noroeste del país, ya que en los ’90 con la crisis de la industria textil y la difusión de las fibras sintéticas generó condiciones desfavorables para los pequeños productores incentivando la concentración hacia las explotaciones medianas y la mecanización de la cosecha. Algo similar sucedió con la producción azucarera, puesto que la mecanización de la cosecha de caña de azúcar redujo los requerimientos de mano de obra de 50 mil cosecheros en los años ’60 a 15 mil en los ’90.
Producciones alternativas no logran compensar esas pérdidas de empleo, por lo que a medida que aumenta el nivel tecnológico cae la proporción de permanentes, aumenta el desempleo estacional y los trabajos transitorios, indican los investigadores. Pero además del avance tecnológico, la mayor presencia de trabajo temporario se explica por el cambio organizacional que transitan las empresas del sector, que buscan contratar empleados ajustándose a los tiempos efectivos de trabajo y así evitar tiempos muertos, una vieja estrategia capitalista. “De esta forma, hay una tendencia a ‘eventualizar’ la contratación de los jornales, que se monta sobre la estacionalidad característica de las tareas agrícolas, situación que profundiza y modifica la precariedad y la vulnerabilidad de estos trabajadores”, indican Quaranta y Fabio. Así, hay casos de empresas frutícolas muy grandes que trabajan con sólo diez empleados permanentes.
Esta modalidad que se visualiza en las grandes empresas a veces está asociada al trabajo registrado o en muchos casos subregistrado. “Por más que sea registrado sigue siendo precario. Les es muy difícil conseguir trabajo todo el año y, si no se logra continuidad, los ingresos anualizados son inferiores al salario mínimo”, consideró Quaranta.
El sector rural exhibe situaciones extremas como el trabajo “no libre” o esclavo, donde se vulneran derechos humanos elementales, y un mínimo universo de asalariados bien pagos, como puede ser el maquinista contratado en la región pampeana. En el medio, la gran mayoría de los trabajadores rurales conviven con la informalidad y los flagelos que ello conlleva: menores salarios, jornada de más de ocho horas, falta de acceso a la seguridad social y a derechos adquiridos como vacaciones, aguinaldo y licencia por enfermedad, entre otros. Otro importante núcleo registrado no escapa a la precariedad ligada a la eventualidad laboral, sumada a deficiencias en las condiciones de higiene y seguridad.
Argentina tiene en su poder la futura "estrella" de las materias primas
Está presente en celulares, computadoras portátiles, cámaras digitales y, en poco tiempo más, en buena parte de los autos del país y el mundo. Su relativa escasez lo ha vuelto la nueva y principal obsesión de los principales actores del mapa industrial.
Características de la "commodity del futuro"

Y empresas como Toyota y Mitsubishi ya rubricaron acuerdos con compañías locales y de la región para asegurarse la provisión de cara a las próximas décadas.
Hoy la Argentina aparece como el tercer productor mundial, pero tiene potencial para transformarse en el primero de lo que algunos expertos denominan la "commodity del futuro" en menos de dos años. El nombre del nuevo objeto de deseo: litio.
Distribuido en los salares de provincias como Salta, Jujuy y Catamarca, y extraído mediante técnicas de evaporación, este metal de naturaleza reactiva y versátil se ha convertido en el imán que mayor cantidad de inversiones está recibiendo en estos últimos meses. Su secreto: es el material más dúctil y rendidor para la fabricación de baterías.
La profunda inclinación que muestran las automotrices por la producción, cada vez a mayor escala de vehículos híbridos, sumada a la demanda que viene del sector de la electrónica de consumo, es lo que permite anticipar la explosión del negocio del litio en el mediano plazo.
Un pronóstico en esa dirección: la firma oriental de investigación de mercado Fuji-Keizai sostiene que el mercado global de baterías de litio, orientadas sólo a los autos, crecerá a u$s24.800 millones en los próximos cuatro años, frente a los u$s27,5 millones que el mismo sector movió durante 2009.
En la actualidad, japoneses, coreanos y chinos aparecen como los protagonistas de una ola de proyectos y explotaciones que, con epicentro en la Puna argentina, acumulan desembolsos por encima de los 120 millones de dólares.
El rival a vencer es Chile, actual primer exportador mundial de la materia, aunque las grandes cantidades de litio que acumula Bolivia –todavía sin explotar– podrían aminorar la demanda de producto local. Aún así, las amplias reservas con las que cuenta la Argentina dejan margen para suponer una mejor posición en la nómina de líderes.
"Argentina está frente a una oportunidad histórica. Hoy las grandes regiones mundiales donde se concentra el litio son el salar de Atacama, en Chile, Uyuni, en Bolivia, y nuestra Puna. La diferencia es que aquí las inversiones ya se están llevando a cabo, y con la ventaja de que puede ubicarse más mineral. La vida de un yacimiento de litio puede perdurar por más de 70 años, por lo que eso ofrece mejores perspectivas de inversión a futuro", afirmó a iProfesional.com Facundo Huidobro, director de Mansfield Minera y secretario de GEMERA, la cámara que aglutina a las empresas de exploración que operan en la Argentina.
"Hoy, firmas como FMC Minera del Altiplano, Ady Resources, y la firma Ekeko, por ejemplo, son los que están produciendo o comenzarán a hacerlo en el transcurso de este año. La mayoría, muy bien posicionados a nivel mundial y con escala para avanzar en más proyectos", añadió el ejecutivo, quien además es titular de la Cámara de Minería de Salta.
Una materia prima clave, de cara al futuro
Más allá de las operadoras en sí mismas, lo relevante de la Argentina en el mapa mundial del litio queda expuesto por el movimiento de algunas automotrices, que ya concretaron convenios para asegurarse el material en los próximos años.
El incremento en la producción de vehículos híbridos explica la tendencia. "La incidencia del litio en la nueva industria es vital. Un auto híbrido de última generación requiere, en promedio, 10 kilos de ese mineral. Por eso ya genera convenios como el que cerró Toyota en Argentina", sostuvo Huidobro.
A fines de enero último, uno de los proveedores clave de la automotriz mencionada, la compañía Toyota Tsusho, se aseguró el suministro a largo plazo de litio en el país, en lo que representa uno de los primeros acuerdos globales de recursos naturales, de cara a la masificación de los autos eléctricos.
Mediante una inversión cercana a los u$s120 millones, la firma pagará por un estudio de viabilidad este año en un proyecto de litio en el Norte operado por Orocobre, que cotiza en Australia, y se quedará con una participación de 25% del proyecto resultante.
La decisión de Toyota Tsusho también será replicada por Mitsubishi, que está por cerrar un acuerdo similar con mineras que operan en la Puna. Esta última viene protagonizando una polémica en Bolivia, tras solicitarle al gobierno que encabeza Evo Morales que le otorgue un área de litio para "mantenerla como reserva por 10 años, para cuando se abra completamente el mercado de los híbridos".
De vuelta en la Argentina, los empresarios apuestan sin vueltas por la extracción inmediata. "Los capitales asiáticos están mostrándose cada vez más interesados en lo que hace a la explotación del litio. Mientras que los estadounidenses y los canadienses invierten más en la búsqueda, es notorio como japoneses y chinos preparan los desembolsos para intervenir una vez que se ubica el mineral", dijo Huidobro.
Según el empresario, el aprovechamiento del litio que se extrae en todo el planeta se divide de esta forma:
- El 29% se destina a la fabricación de baterías para automóviles y productos electrónicos de consumo masivo.
- El 20% está dirigido a la producción de aluminios.
- Otro 20% se utiliza en la confección de vidrios y cerámicas.
- Un 13% es volcado a la fabricación de lubricantes.
- Otro 18% se destina a múltiples industrias.
Consultado por iProfesional.com Julio Ríos Gómez, presidente de GEMERA, sostuvo que el litio "representa el gran interés para los exploradores, y ocupa un lugar preponderante dentro de los más de 20 proyectos de búsqueda de minerales que se pondrán en marcha este año en la Argentina".
"La demanda para hacer baterías es cada vez mayor. Hoy Chile controla casi el 50% de la exportación, pero nuestro país podrá jugarle de igual a igual en breve. Algo similar puede decirse del uranio, donde el potencial del país se mantiene latente", aseguró.

Más interés
Otra de las compañías que develó recientemente su interés por el litio argentino es la autopartista austro-canadiense Magna, que acaba de invertir u$s10 millones en Lithium Americas a cambio de recibir parte del metal que esta firma extrae también en el norte del país.
La decisión de la firma norteamericana responde a un pedido de Ford, que en el último tramo del año pasado le solicitó de manera formal que lleve adelante el desarrollo de un Focus capaz de funcionar a electricidad.
"Para que Argentina acumule más inversiones y se transforme en número uno se tiene que dar una sintonía en las condiciones políticas de las provincias. En regulación y demás. El recurso está y es abundante; en eso somos un país privilegiado. Hay que brindar seguridad para que los inversores no se desvíen a otras regiones", concluyó Huidobro.
Durante 2009, la Argentina vendió alrededor de 6.000 toneladas de litio a Estados Unidos, Inglaterra, Alemania, China y Rusia.
Hoy por hoy, las dos mayores empresas productoras de litio del mundo son Qinghau Salt y Sociedad Química y Minera de Chile. La primera es de origen chino y sus acciones cotizan en el mercado de Shentzen. Su capitalización bursátil alcanza a los 10.375 millones de dólares. La segunda es chilena, su capitalización es de u$s10.360 millones y cotiza en Wall Street.
Conforme a lo dicho, a la Argentina se le abre una gran oportunidad para capitalizar la extracción de este recurso que, por el uso que se le da y se le dará en el corto plazo, brindará enormes oportunidades de negocios.
Patricio Eleisegui
© iProfesional.com
De peón a habitué del taxi aéreo
10.2.11
COMO CONSTRUYO SU FORTUNA EL CONDUCTOR DEL GREMIO DE TRABAJADORES RURALES (UATRE)
De peón a habitué del taxi aéreo
Gerónimo “Momo” Venegas, el sindicalista que trató de mediar en el conflicto agrario, dirige un gremio donde el trabajo en negro supera al blanqueado. Gasta cuatro mil dólares por semana en volar a Necochea para controlar una obra millonaria de Uatre.

Alguna vez fue un changuito rural. Y conoció las duras faenas del campo como fileteador, aprendiz de herrería, boyero, ordeñador, esquilador, peón, alambrador, tropero, palero y estibador. Todo eso junto, según sus propias palabras.
Hoy, a los 66 años, Gerónimo “Momo” Venegas conduce las 62 Organizaciones Peronistas, el sindicato Uatre (Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores), el Renatre (Registro Nacional de Trabajadores Rurales y Empleadores) y también ocupa la Secretaría de Interior en la CGT.
Todo eso junto, según su biografía. Pero así como abundan los antecedentes de su dura infancia y de una adultez más desahogada, poco se sabe de cómo construyó su poder y su fortuna este dirigente sindical que intentó mediar en el conflicto entre el gobierno nacional y las entidades rurales.
Venegas y la empresa Vector Construcciones SRL, que se adjudicó las tareas, descubrieron que en el subsuelo del campo hay aguas termales de 41º y propiedades curativas. La ubicación de Médano Blanco es inmejorable. Linda con la costa, 45 kilómetros al sur de Necochea. El más ambicioso de los proyectos turísticos de Uatre fue presentado en el salón cubierto de la Sociedad Rural local. Y Daniel Scioli, cuando aún era vicepresidente de la Nación, le dio su respaldo durante una visita en plena campaña electoral.
A Venegas, no obstante, le va mal en su ciudad cuando llega la hora de votar.
El candidato peronista al que apoyaba, Gastón Guarracino, perdió por 1003 votos con el actual intendente, el radical Daniel Molina (23.317 a 22.314) en octubre pasado. En 2003, y sobre todo en 2005, al Momo no le había ido mejor. Salió tercero detrás de la UCR y el Frente para la Victoria.
Perseverante y pese a estar enfrentado con el municipio –se quejó de que pagará 300 mil pesos la mejora de un camino para llegar hasta Médano Blanco–, dice sentirse orgulloso de su “fabuloso proyecto de aguas termales que le ofrece a Necochea romper la estacionalidad con turismo todo el año y mejorar la calidad de vida con una verdadera oferta de salud”.
De su calidad de vida, Venegas no puede lamentarse. Tiene cómo sostenerla con numerosas inversiones en la ciudad balnearia. De todas, llaman mucho la atención cinco terrenos de medidas holgadas y que figuran como baldíos en el catastro municipal. El más costoso tiene una superficie total de 720 metros cuadrados (36 por 20), su valuación fiscal es de 218 pesos, está ubicado en la vecina Quequén, cuenta con alumbrado público y su número de partida provincial es 98.345. Otro asciende a 174 pesos y también figura como baldío en Quequén (la partida es 98.344). Los tres restantes se encuentran en Necochea y valen lo mismo: 166 pesos cada uno. Una bicoca por 112 metros de frente en cada caso (partidas 2002, 2005 y 2006).
Los cinco terrenos baldíos están a nombre del dirigente gremial y no registran deuda con el fisco bonaerense. En cambio, Venegas no posee propiedades a su nombre en la ciudad, ni siquiera donde recibe las tasas que abona puntualmente en la calle 61. En varias casas de su Necochea natal, las que figuran como dueñas son Sonia Pamela Venegas y Jolani Venegas.
El Momo pertenece a una gran familia. Tuvo ocho hermanos, pero no conoció a su padre. En su terruño le atribuyen mucho más que las cinco parcelas baldías. Cuentan que son suyas La Gauchita, una estancia que explota el turismo rural y galerías comerciales ubicadas en las calles 64 y 61. Esto es difícil de probar. Y ocurre otro tanto con las habladurías que lo señalan como rentista del predio donde se está levantando el complejo Médano Blanco. En cambio, sí es sencillo probar la complicada situación de su gremio, que como el propio Venegas sostiene, “lucha contra una cultura de más de cien años de trabajo en negro, de mano de obra no registrada y de trabajo infantil”.
En la Argentina, según datos actualizados de la Uatre, en el campo hay unos 900 mil trabajadores en negro y sólo 600 mil blanqueados. Sus ingresos promedian 1100 pesos más la vivienda.
Ahora bien, una proclama de buenas intenciones como la de Venegas se vuelve inocua cuando la ley que rige la actividad de los peones rurales continúa siendo de la última dictadura (es la 22.248, que permitió derogar el estatuto del peón de campo que impulsó Perón desde la Secretaría de Trabajo y Previsión en 1944 y que reglamentó su primer gobierno en 1949). Esa norma ni siquiera contempla la jornada laboral de ocho horas y hasta habilita el pago del salario en especies.
Desde cualquiera de las organizaciones que integra el sindicalista (CGT, 62 Organizaciones, el Renatre o la Fundación Argentina para el Desarrollo de los Trabajadores Agrícolas) poco se logró para terminar con el Régimen Nacional de Trabajo Agrario ideado por José Alfredo Martínez de Hoz. Una de las máximas de la fundación que Venegas creó sostiene que deberá ser “capaz de abordar y brindar soluciones a todas aquellas problemáticas sociales que presenta el sector rural”.
El Momo, quien se ofreció como mediador durante el lockout agropecuario, puede que se sienta más cómodo cuando formula anuncios vinculados al esparcimiento de los trabajadores rurales. Lo demuestra su proyecto en Médano Blanco. “Desde que este secretariado se hizo cargo del gremio hemos puesto mucho énfasis para que el trabajador se tomara el descanso que corresponde. Para eso tenemos dos hoteles y un complejo recreativo en la ciudad de Necochea y dos hospedajes en la provincia de Córdoba para el descanso y recreación de nuestros afiliados”, dijo en uno de sus mensajes.
Uatre cumplirá veinte años en octubre y Venegas la conduce desde 1991, cuando lo eligieron secretario general. Su primer antecedente como militante del gremio data de 1968, cuando llegó al cargo de secretario de Actas, Prensa y Propaganda de la seccional Necochea. Allí permaneció hasta el golpe del 24 de marzo de 1976.
Su biografía oficial señala: “Conoció, como miles de argentinos– la persecución, la cárcel por la defensa de sus ideales y la lucha clandestina”. En 1981 alcanzó la secretaría general de Uatre en su ciudad, hasta que diez años después accedió al máximo cargo en el ámbito nacional en un congreso donde lo votaron 191 de los 194 delegados presentes.
Venegas comparte la pasión por Independiente con Hugo Moyano, aunque en la política, y a diferencia del titular de la CGT, siempre estuvo más cerca de Eduardo Duhalde que del matrimonio Kirchner. Esa distancia que lo alejaba del ex presidente se ensanchó con Cristina Fernández de Kirchner. Un solo hecho basta para sintetizarlo. Su declamado papel de moderador durante el conflicto entre el Gobierno y el campo se difuminó con la decisión que adoptó uno de sus hombres de confianza, Mario Lastra, el secretario general de Uatre Necochea y líder de la CGT local.
En un plenario realizado el 26 de marzo pasado, esa regional de la Confederación General del Trabajo apoyó con todo al lockout agropecuario y criticó con dureza el primer discurso de la Presidenta. Mientras tanto, Venegas pedía que las partes se sentaran “a una mesa de negociación” y, finalmente, con la cuerda tensada al máximo, decidió no ir al acto de la CGT en la Plaza de Mayo.
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7.2.11

A diferencia de lo que ocurrió históricamente en el país y de lo que sigue pasando en la mayoría de los países del mundo, el empleo juvenil registrado fue el que más creció en los últimos ocho años en Argentina.
Entre 2002 y 2010 el empleo total creció un 59 por ciento y el de jóvenes de entre 18 y 29 años, un 86 por ciento. El incremento de empleos en ese segmento etario fue de 843 mil puestos de trabajo.
Así, el desempleo juvenil cayó del 35,9 por ciento en 2002 al 18,9 por ciento en 2010, un nivel que igualmente continúa siendo elevado, sobre todo en comparación con la tasa de desempleo general, que se encuentra en 7,5 por ciento.
“A partir de 2003, la política de empleo se dirigió principalmente a los grupos de población más vulnerables en materia de empleo. Justamente, en el reconocimiento de que los jóvenes constituyen un colectivo con mayores dificultades para la inserción laboral de calidad, es que la política de empleo los considera prioritarios en sus intervenciones”, señaló el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, a Cash.
De acuerdo con un informe de la OIT sobre las tendencias del empleo juvenil en el mundo, la probabilidad de estar desempleado es 3,5 veces mayor para los jóvenes que para los adultos. Debido a ésta y otras circunstancias, el número de jóvenes desempleados a nivel mundial aumentó en forma sostenida en los últimos diez años, hasta alcanzar a cerca de la mitad del desempleo total.
En países desarrollados, con amplios sistemas de protección social, como Suecia, Francia, Bélgica e Italia, la tasa de desempleo de los jóvenes rondaba el 20 por ciento antes de la irrupción de la última crisis financiera internacional. Difícilmente algún observador afirme que la presencia de desempleo juvenil en estos países europeos haya mejorado crisis mediante.
El despegue de los jóvenes
Según un estudio de la cartera a cargo de Tomada, en 2002 el desempleo para los varones menores de 29 años alcanzaba el 23,7 por ciento; en la actualidad cayó al 15 por ciento, una baja de 9 puntos porcentuales. En el caso de las mujeres jóvenes, hace ocho años soportaban una desocupación del 37 por ciento; a fines de 2010 cayó al 21 por ciento, 16 puntos menos.El mismo informe señala que entre el segundo trimestre de 2003 y el mismo período de 2010, el desempleo total cayó del 17,9 por ciento al 9,9 por ciento: 9,9 puntos porcentuales. En este caso, se compara con los menores de 24 años, el segmento etario al que más le suele costar conseguir un puesto. En el mismo período, el desempleo entre estos jóvenes cayó del 35,9 por ciento al 18 por ciento, una baja de 18 puntos.
El mercado de trabajo siempre ha sido menos permeable a los jóvenes que a los adultos.
Además, esta situación se deterioró marcadamente durante la década del noventa, con la aplicación de las políticas orientadas al libre mercado. El conjunto de políticas implementadas desde 2003, el único enfoque que en los últimos 30 años ha provocado un cambio positivo en las condiciones laborales de los jóvenes, produjo como resultado la incorporación masiva de jóvenes al empleo asalariado registrado; es decir, a un empleo productivo, protegido y cubierto por el sistema de seguridad social.
Según la información que surge de la cartera laboral, entre 2002 y 2010 más de 840 mil nuevos puestos de trabajo registrados fueron ocupados por personas de hasta 29 años. Esto significa que el trabajo formal orientado a la población joven creció un 86 por ciento durante el período analizado, incremento muy significativo si se lo compara con el aumento del empleo registrado asalariado total, que fue del 59 por ciento.
El segundo segmento en el que más creció el empleo en el período citado fue el de las personas de entre 30 y 45 años: un 71 por ciento. La ocupación entre los argentinos de entre 46 y 55 años se elevó en un 53 por ciento. Y la de más de 55 años, un 2 por ciento.
La estrategia de incorporación
Uno de los aspectos que caracterizan una decidida priorización de la población joven como grupo vulnerable en su relación con el mercado de trabajo es el esfuerzo que ha realizado el Ministerio de Trabajo para que los servicios públicos de empleo integrados a la Red de Oficinas de Empleo reconozcan a los jóvenes como un colectivo central de su atención. En 2007, en las 204 oficinas de empleo municipales fortalecidas por el ministerio, el 5 por ciento de la población atendida tenía hasta 24 años.En 2010, la cantidad de oficinas de empleo ascendía a 341 y el 45 por ciento de las personas atendidas eran jóvenes de hasta 24 años.
Otra la política que ratifica el compromiso de la actual gestión con los jóvenes y su relación con el mercado de trabajo es la creación en 2008 del Programa Jóvenes con Más y Mejor Trabajo, que institucionalizó mecanismos de promoción y fortalecimiento del empleo de calidad para los jóvenes. El programa está destinado a personas de ambos sexos de entre 18 y 24 años que no completaron el nivel básico o medio de educación formal y se encuentren en situación de desempleo.
En la actualidad, el programa cubre a más de 170 mil jóvenes distribuidos en 157 municipios que les brindan servicios a través de las oficinas de empleo integradas a la Red. Los jóvenes participan de procesos de orientación e intermediación laboral y son apoyados en la búsqueda activa de empleo. Reciben asistencia para la construcción de un proyecto ocupacional y para la formulación y generación de emprendimientos independientes. Además, dentro del esquema local de prestaciones son derivados al sistema educativo para la terminación de estudios formales, cursos de formación profesional y certificación de competencias laborales y a prácticas calificantes en ambientes de trabajo.
Mientras permanecen en el Programa reciben una ayuda económica no remunerativa de 450 pesos mensuales. Además pueden acceder a un incentivo adicional de hasta 900 pesos anuales por la aprobación de los estudios formales o proyectos de formación profesional y hasta 4000 pesos para desarrollar un proyecto de emprendimiento independiente en concepto de apoyo a la formación del capital.
Los avances logrados durante los últimos años en la reducción de la exclusión social y laboral de la población joven no implica que en la actualidad las condiciones laborales de estas personas sean óptimas ni aceptables. El hecho que sí queda claro es que este modelo no sólo no es responsable de la situación actual de los jóvenes, sino que ha sido uno de los pocos que en la Argentina han logrado reducir efectivamente la problemática a través de la promoción de empleos de calidad para la población joven,
Algunos DATOS
El empleo juvenil registrado fue el que más creció en los últimos ocho años en el país.
-Entre 2002 y 2010 el empleo total trepó 59 por ciento y el de jóvenes de entre 18 y 29 años, 86 por ciento. Se crearon en ese lapso 843 mil puestos de trabajo.
-El desempleo juvenil cayó del 35,9 por ciento en 2002 al 18,9 por ciento en 2010, un nivel que igualmente continúa siendo elevado.
-De acuerdo con un informe de la OIT sobre las tendencias del empleo juvenil en el mundo, la probabilidad de estar desempleado es 3,5 veces mayor para los jóvenes que para los adultos.
-En 2007, el 5 por ciento de la población atendida en las Oficinas de Empleo tenía hasta 24 años. En 2010, ese sector representó el 40 por ciento.
-El Programa Jóvenes con Más y Mejor Trabajo cubre a más de 170 mil jóvenes distribuidos en 157 municipios.
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